En un curso irregular para él, con tropezones como el de la primera ronda del Open de Australia y aciertos como el de alcanzar la final del ATP 250 de Montpellier (le ganó Goffin), Roberto Bautista se dio un respiro con una victoria en Doha que puede hacerle recuperar la moral después de haber caído la semana pasada a las primeras de cambio en Róterdam ante Davidovich. El castellonense remontó un partido complicadísimo ante el gigante Reilly Opelka (2,11), que le hizo 23 saques directos, para vencer por 4-6, 6-3 y 6-4 en 2h:03. El miércoles se enfrentará en octavos a otro cañonero bastante alto, el kazajo Alexander Bublik (1,96) 

Campeón en 2019 y cabeza de serie número cinco este año, Bautista pudo con el estadounidense (39º del mundo) a base de tesón y paciencia, y también a fuerza de intuir sus potentes servicios y enviar los restos con peso y enjundia. Necesita el español reencontrar sus buenas sensaciones, esas que le llevaron al top-10 en su día y a ser uno de los tenistas más difíciles de superar por su consistencia.

No le fue fácil, porque en el primer set, tras disponer de tres opciones de quiebre, perdió su saque en el 4-3 y ya no fue capaz de cazar a Opelka. En la segunda manga no desaprovechó su segunda oportunidad de romper y pudo cerrar incluso antes el parcial con un punto de break en el 5-3. Y en el set definitivo, rescató lo mejor de su tenis, presionó los segundos saques de su rival y aguantó muy bien el tipo para cerrar la victoria con su segunda bola de partido.

"Me he encontrado muy bien"

"Me siento muy bien en esta pista, de la que tengo muy buenos recuerdos. He batido a un gran oponente", dijo en la pista. "Sabía que tenía que luchar muy duro si quería ganar y lo conseguí", añadió. "Es muy pronto para pensar que puedo ganar otro título aquí, pero estoy feliz por ganar y porque me he encontrado muy bien en la pista, he jugado bien y mentalmente he aguantado bien la presión en los momentos importantes".  

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