ROLAND GARROS

Rodillo en el primer partido indoor de Nadal en Roland Garros

Rafa Nadal barrió a Stefano Travaglia en su primer partido bajo techo en Roland Garros. El español se enfrentará en octavos al estadounidense Korda.

París

Bajo techo, sí, bajo techo, algo que nadie hubiera pensado ver nunca, jugó y ganó Rafa Nadal por primera vez en su carrera en Roland Garros. El mal tiempo no perdonó como había hecho en los dos anteriores partidos del balear, y la cubierta retráctil de la Philippe Chatrier, con 11 módulos en forma de ala como homenaje al heroico aviador que da nombre al torneo, se cerró para resguardar la pista de la lluvia. Poco le importó eso y el frío húmedo que se colaba por los huecos de las ‘ailes’ (13 grados) a Nadal, que pasó el rodillo indoor y, además, cogió ritmo de camino al triunfo ante Stefano Travaglia por 6-1, 6-4 y 6-0 en 1h:35.

El italiano de 27 años y 74º del mundo, que a punto estuvo de no poder jugar más al tenis cuando se estampó con una ventana al caerse por una escalera en 2011, mostró buenos golpes y colaboró a que en el encuentro hubiera buenos intercambios, pero poco más pudo hacer ante la fuerza de la naturaleza que es Rafa. El español se enfrentará el domingo en octavos al estadounidense Sebastian Korda, hijo del exttenista checo Petr Korda, que eliminó a Pedro Martínez e impidió otro duelo de la Armada en París.

La Chatrier se asemeja a la Caja Mágica cuando está cubierta. Con la obra de remodelación ha perdido encanto, pero es una instalación moderna y modélica, algo más fría y menos coqueta que la antigua. Lo que no cambia es que en ella, de momento, Nadal no para de ganar, y ya lleva 96 victorias en el Grand Slam francés, la mayoría en la central. El primer set lo despachó con dos quiebres en 25 minutos y solo dos puntos perdidos con su saque. En el segundo se atascó un pelín después de romper el servicio del transalpino, pero consolidó su ventaja y cerró el parcial poco más tarde. El revés de Travaglia, su mejor arma, le permitió competir y compensar lo que perdía con poco resolutivo drive. El número dos del mundo manejó bien las alturas de sus envíos y el cruzado le dio buenos réditos. También se probó en la red y estuvo bien (19/23). Así acabó con 28 winners y 13 errores no forzados.

La tercera manga la estrenó Nadal con otro break, a toda máquina y una más para poner el 4-0 en el marcador tan electrónico como la luz del estadio. Otra novedad, aunque ya se la encendieron a Nadal el primer día contra Gerasimov. El rosco cayó por su propio peso en un día en que el mallorquín jugó más profundo que nunca este año sobre la arcilla parisina. Y eso que lo hizo bajo techo y con frío. Una buena prueba para citas venideras y cada vez más complicadas.

Resultados y calendario.

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