Roberto Bautista: "El tenis me ha servido como vía de escape"
Unos días antes de iniciar la temporada en la ATP Cup, Roberto Bautista, número nueve del mundo, atendió a AS para hablar en clave personal de su pasado, su presente y su futuro.
Unos días antes de iniciar la temporada en la ATP Cup, Roberto Bautista, número dos español y nueve del mundo, atendió a AS para hablar en clave personal de su pasado, su presente y su futuro. Tras vivir un 2019 brillante pero duro, dice que aún tiene “cuerda para rato”.
¿Cómo valora lo que ha conseguido en 2019?
Tenísticamente fue un año bueno, completo, regular, en el que me superé en cuanto a resultados y ranking. Acabar en Madrid con el título de Copa Davis lo convierte en increíble.
¿Cómo logró superar sus duras circunstancias personales para mejorar incluso como jugador? (En 2018 su madre falleció de manera repentina y el pasado mes de noviembre murió su padre en plena fase final de la Davis).
Comentándolo con Pepe (Vendrell, su entrenador), ahora que por las tardes puedo descansar y recuperarme de los entrenamientos para llegar más fresco al día siguiente porque tengo tiempo para mí, me di cuenta de que estos últimos tres años y medio fueron muy duros. Viví en un estado de alarma constante.
¿Recibió ayuda profesional o le bastó con el apoyo de familia, amigos y equipo?
El tenis me ha servido como vía de escape. Tener la mente muy metida en mi trabajo me ha ayudado. No he tenido mucho tiempo libre para pensar demasiado en lo que estaba pasando.
El hecho de casarse habrá sido una inyección de moral. (Contrajo matrimonio con Ana Bodí el 30 de noviembre).
Lo pasamos muy bien, nos casamos en Castellón, con la gente que queríamos que estuviera.
¿Qué puede contarnos del comportamiento que tuvieron Nadal y el resto del equipo con usted en la Davis?
Se portaron todos muy bien. Una de las cosas por las que decidí volver a Madrid fue por el apoyo que recibí por parte de todo el grupo. Rafa nos levantó, nos encarriló muchos días con los resultados en contra, jugó cansado, habiendo dormido muy poco… Pero las ganas de ganar y el espíritu que tiene nos empujaron.
¿Qué se le pasaba por la cabeza cuando volvió aquel sábado a la Caja Mágica?
Me entrené un poquito y no sabía si me iban a elegir para jugar. El capitán (Sergi Bruguera) me preguntó si iba a estar disponible para la final. Le dije que sí, que contara conmigo y que lo daría todo.
¿Cómo manejó sentimientos tan contradictorios aquellos días?
Una vez me marché de Madrid no tenía pensado volver, pero al ver que el equipo batía a Argentina y que al día siguiente la situación iba a resultar difícil contra Gran Bretaña, pensé que mi vuelta podía ser una dosis de confianza para ellos.
¿Cómo se motivó?
Me dije a mí mismo que llevaba toda la vida trabajando para vivir algo así, una final de Copa Davis, y que había seguido ya muchas por la tele. Creí que merecía estar ahí y por eso decidí volver. Había luchado por tener una oportunidad como esa.
Hace unos días dijo en una entrevista en XL Semanal que ahora no sería capaz de reiniciar su carrera. ¿Puede explicarlo?
Dije que me ha costado mucho esfuerzo y sacrificio llegar hasta donde estoy. Si fuese niño, lucharía por mis sueños, da igual lo que tuviera por delante. Pero como adulto, si me dijeran que volviera a empezar, probablemente no lo haría. Quiero aprovechar lo que me queda de trayectoria, pero no repetiría lo que he hecho por el tenis.
¿Qué hubiera querido ser de no haber salido tenista?
Futbolista, pero no lo cambio. Si fuese niño otra vez volvería a hacer lo que hice de cabeza.
Ahora ha iniciado una nueva etapa personal. ¿Se plantea a corto plazo tener hijos?
Pues sí, nos hemos casado y posiblemente tendré familia.
¿Usted se ocupa de algunas tareas en casa?
De todo. Voy a comprar, cocino, lo que sea…
¿Cuál es su banda sonora?
Me gusta la música, sobre todo en español. En Spotify escucho Pop Clásico, que son todo canciones en español, con Alejandro Sanz, Melendi, Estopa, Dani Martín, Pablo Alborán...
¿En los viajes ve series?
Sí. Tenemos Netflix y cuando viene mi mujer ponemos algunas, como El Chapo, La Casa de Papel, Élite… Lo malo es que me engancho como un animal. Intentamos ver los capítulos juntos, aunque ella me traiciona a veces (risas).
Usted aborrece las apuestas en el tenis, ¿qué le parece que la ITF retire los marcadores en vivo de algunas categorías?
Genial, porque se ha ido de madre. Los jugadores las sufrimos. Cada vez que perdemos un partido recibimos amenazas, insultos, mensajes que realmente asustan. Lo peor que hay es llegar a un vestuario jodido y leer todos esos improperios.
¿Hasta cuándo le veremos en el circuito?
Uy, tengo cuerda para rato.
¿Cómo se ve para la temporada 2020?
Me veo bien tras un año bueno, con un nivel de juego muy parecido durante todo el curso. El calendario está muy apretado, hay muchos rivales difíciles y gente joven que está apretando, pero vamos a intentar seguir dando guerra y acabar con el mejor saldo posible.
¿Qué es lo que le ha dado el salto de calidad para estar en el top-10 (es noveno)?
El comienzo que tuve tras ganar a Djokovic y el título en Doha, y los cuartos de final en Australia. Eso me dio un subidón de moral y luego supe mantener el nivel y ser regular, eso ha sido lo más importante.
¿Cuál ha sido su mayor mejora en cuanto a tenis?
Hemos trabajado en lo que mejor hacemos, que es jugar muchos puntos desde el fondo de la pista, con buena preparación física y mental para saber llevar los partidos duros y hacer sufrir a los rivales. Ese es mi punto fuerte, hacer un juego sólido, seguro desde atrás y crear oportunidades de ataque desde él.
Ahora llega la ATP Cup, ¿motivado?
Va a ser muy parecido a la Copa Davis, no igual porque en Madrid se notaba mucho el apoyo del público y ahora jugaremos en Australia. Viene bien como preparación para Melbourne. Creo que llevamos muy buen equipo y espero que podamos jugar muchos partidos y llegar lo mejor posible al primer Grand Slam.
¿Qué objetivos tiene después?
Empezar bien el año, ver cómo estoy y a partir de ahí, continuar.
¿Es muy difícil mantenerse en el top-10?
Muy difícil, yo acabo de entrar por primera vez a los 31 años. Llevaba toda la vida luchando por estar ahí y me ha costado mucho.