"Con 11 años, ya se notaba la pasta especial de Nadal"

Marcel Granollers mira la foto y sonríe. Es la misma que guarda en casa desde 2002. En ella, sostiene una miniensaladera, la de la Copa Davis júnior que conquistó junto a Tomeu Salvá y un tal Rafa Nadal a las órdenes de Nito Llorens. Tenían por entonces 16 años y ganaron a Estados Unidos en La Baule (Francia). El contundente 3-0 final lo firmó un dobles formado por el torbellino de Manacor y el espigado barcelonés. La misma pareja que 17 años más tarde, en la Caja Mágica, debutó el miércoles en la Davis 'de mayores' con una victoria por 6-3 y 6-4 ante los croatas Ivan Dodig y Mate Pavic. Los dos tenistas de 33 años parecía que se conocían de toda la vida... Claro. "Me emociona verme tanto tiempo después compartiendo pista con él aquí", recuerda ahora Marcel con la voz un tanto quebrada.

"Jugamos de pequeños muchas veces y hay un gran feeling. Para alguien como yo, que disputa el dobles de uvas a peras, cuenta mucho tener alguien al lado que defina los puntos delante y que te ayude a desentrañar el aspecto táctico. En el dobles todo sucede muy rápido", explica Nadal. "Marcel estuvo fantástico y yo, correcto", calificó con una sonrisa. Lo que quedó claro es que Sergi Bruguera quería engrasar la máquina porque será la pareja que se juegue el último punto de aquí al domingo si debe decidir la serie.

"Nos encontramos por primera vez en un Campeonato de España alevín en Segovia, y tanto Rafa como yo éramos de primer año. Él ganó el torneo y yo caí en semifinales. A partir de ahí hemos jugado siempre con España y conquistamos los Mundiales de 14 y 16 años con Tomeu Salvá. Vivimos momentos muy bonitos juntos", dice Granollers. De ese trío salió un número uno del mundo y campeón de 19 grandes, un vencedor del Masters de dobles (con Marc López en 2012) y una amistad inquebrantable entre el balear y Salvá, que trabaja como técnico en la Rafa Nadal Academy.

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"Con 11 o 12 años ya veías que Rafa que tenía algo diferente a los demás. Ha sido el mejor toda la vida de su grupo e incluso de categorías superiores. En edades tan tempranas la fuerza se nota mucho, pero era capaz de competir con chicos que le sacaban dos años. Se notaba que estaba hecho de una pasta especial", sigue Granollers, que llegó a ser 19º del mundo en individuales en 2012 y había jugado ya en Davis (balance de 5/5 por parejas) junto a Feliciano, Marc López, Fernando Verdasco y Tommy Robredo, pero no se había estrenado con el colega con el que descubrió el mundo aún imberbes y con el que sólo había disputado dos torneos en el circuito ATP allá por 2012.

"Está impresionante", dice Bruguera del catalán, que parece fijo en las combinaciones. "Rafa es una gran opción para nosotros en el dobles si se siente con ganas y fuerzas. Lo bueno de este equipo es que el abanico está muy abierto con él, Carreño, Feliciano y yo. Mezclándonos salen varias buenas parejas que pueden rendir. Sergi lo tiene difícil, pero, elija lo que elija, lo hará bien", completa Granollers. Nadal tiene tanta confianza en él que le escogió para ser su pareja en dobles en los Juegos de Londres 2012, pero el de Manacor se lesionó dos semanas antes. "De Tokio no hemos hablado", adelanta Granollers, quien hace pareja ahora en el circuito con el argentino Horacio Zeballos.

De los niños de La Baule, a la Caja Mágica. Un recorrido en el que Nadal acumula ya cuatro ensaladeras y Granollers, dos (jugó una eliminatoria en 2011 y la ITF le considera campeón y estuvo en el equipo de Mar del Plata). Pero ninguna juntos en la pista. Ahora es posible.