Muguruza, en barrena: vuelve a caer en primera ronda
Muguruza perdió en primera ronda, como en Wimbledon, tras dejar que Riske (29 años y 36ª del mundo) remontara. La estadounidense sólo había ganado tres partidos en Nueva York.
Aunque suene a topico, hay que decirlo: Garbiñe Muguruza no levanta cabeza. Ni con cambio de entrenador. La española, que prescindió de Sam Sumyk tras caer en la primera ronda de Wimbledon ante la brasileña Haddad-Maia, se vuelve para casa tras caer en su estreno también en el US Open. Anabel Medina, la capitana de Copa Federación que ayuda eventualmente a Muguruza, no ha tenido tiempo aún de levantar ni el juego ni la moral de su discípula, que dejó que una tenista que no había sido capaz de superar su estreno en el torneo en las últimas cinco temporadas, Alison Riske (29 años y 36 del mundo), remontará hasta llevarse la victoria por 2-6, 6-1 y 6-3 2h:03.
Es la segunda vez en su carrera que Garbiñe pierde en primera ronda de un Grand Slam dos veces consecutivas. Le ocurrió el año que empezó a despuntar, 2014, y en las mismas competiciones, WImbledon y el US Open. La caraqueña cierra el año en cuanto a grandes con esas dos eliminaciones prematuras y los octavos de final en Australia y Roland Garros. Desde su título en Londres, en 2017, su mayor éxito han sido las semifinales de París. Por el camino, otras tres derrotas en las segundas rondas.
Da la sensación de que no importa la rival contra la que juegue, el problema está en ella. Por mucho que pueda decirse que tenía un debut envenenado ante una rival que jugaba en casa y que había ganado este año su segundo título en Hertogenbosch, tras levantarse de un 0-6 ante Bertens y salvar cinco bolas de partido. Lo cierto es que Riske tenía un historial horroroso en Nueva York (seis derrotas en primera ronda y octavos en 2013) y Muguruza se lo ha arreglado. Y eso que jugó bien en el primer set, con pocos errores no forzados (ocho), siendo capaz de recuperarse tras encajar un quiebre. Pero Riske elevó su nivel, mientras Garbiñe aumentó exponencialmente sus fallos y, con ellos, los nervios y la desesperación, hasta el punto de pifiar un remate a placer por calcular mal el bote. En una campaña para olvidar, puede caer por debajo del 30º puesto de la clasificación de la WTA y es ahora 29ª en la cerrera, a una distancia sideral de las ocho jugadoras que estrenarán la nueva sede del Masters, Shenzhen.