Las batallas Nadal-Federer en Roland Garros
Un repaso por los cinco duelos que han marcado la rivalidad de ambos en París, antes de que este viernes vuelvan a medirse en semifinales ocho años después de la última vez.
Una de las verdades empíricas de este mundo es que cuando Rafael Nadal y Roger Federer se miden sobre la tierra batida de Roland Garros siempre gana el español. Allí han sostenido hasta ahora cinco de sus 38 enfrentamientos y lo máximo que ha conseguido arañar el suizo, en cuatro de esas cinco ocasiones, ha sido un set. A continuación repasamos los capítulos de esta rivalidad que, al menos en lo que a polvo de ladrillo se refiere, hace tiempo que está decantada del lado del balear:
Semifinales de 2005
Nadal acababa de cumplir por entonces 19 años y hacía su primera incursión en el Bosque de Bolonia. Venía lanzado en la gira de tierra, con títulos en Montecarlo y Roma, y acabaría igualando a Wilander como el único tenista que ha alzado la Copa de Mosqueteros en su primer intento tras doblegar en la final al argentino Mariano Puerta. Pero antes dejó en la cuneta a un Roger Federer más crecidito (24 años) y que ya lucía cuatro Grand Slams, entre otros muchos títulos, en su palmarés. Un imberbe Nadal, con pantalones pirata y camiseta sin mangas, le derrotó en cuatro sets (6-3, 4-6, 6-4 y 6-3).
Final de 2006
Si en los duelos anteriores no había conseguido poner en serios aprietos a Nadal, esta vez Federer se llevó un duro correctivo: 6-1, 6-3 y 6-0 y 11-6 ya para el manacorense en su rivalidad particular. Ese año, en la campaña de arcilla, Rafa venía de ganar en Montecarlo pero no en Roma (en su lugar triunfó en Hamburgo), y después ampliaría el abanico conquistando su primer Wimbledon, precisamente ante el suizo en una final memorable a cinco sets. Federer tildó la final de Roland Garros de "una pesadilla" y aseguró que no poder reponerse a tiempo de ese batacazo fue lo que le costó el título en Londres.
El último choque entre ambos en París. Federer se afanó en no repetir la debacle anterior y lo consiguió en cierto modo. Ganó un set y compitió mejor, pero se quedó lejos otra vez del título: 7-5, 7-6 (3), 5-7 y 6-1. El balance entre ambos, 17-8, cada vez sonreía más a Nadal, ya despojado de los piratas y la camiseta sin mangas y con todos los Grand Slam en sus vitrinas, entre ellos seis Roland Garros (empató a Borg) de siete participaciones (en 2009 sufrió la famosa derrota en octavos ante Söderling). Aún conquistaría Copas de Mosqueteros más.