Bolsova: la española "underground" resiste en París
Tras la eliminación de Muguruza, en Roland Garros sólo hay una española en el cuadro femenino: Aliona Bolsova. Este lunes se enfrentra en octavos a Anisimova.
Tras la eliminación de Muguruza, en Roland Garros solo hay una española en el cuadro femenino: Aliona Bolsova. Nacida en Moldavia hace 21 años, cuando tenía dos sus padres se la llevaron a Barcelona. En su debut en un Grand Slam, esta tenista diferente (se califica como “underground”), está en octavos desde la previa. Este lunes (sobre las 18:30, Eurosport) se enfrenta en octavos a la estadounidense de 17 años Amanda Anisimova. Por un tatuaje y su carácter, ya le apodan Leona.
Bolsova habló hace unos días con El País, y se mostró como una jugadora a contracorriente. Para empezar, no le gusta "nada" el atuendo que habitualmente llevan la mayoría de sus compañeras en el circuito femenino. Ella viste con pantalón corto y una camiseta sin mangas, se pone una cinta blanca en encima de su pelo corto y unas muñequeras negras. "Las chicas siguen el típico perfil de la faldita, visera, trencita… Me gusta la diversidad y que se vea la personalidad de cada uno".
A Aliona le gusta manejarse con sencillez y no va con un séquito detrás como otras jugadoras, tiene un equipo sencillo, con dos entrenadoras, y se interesa por la cultura y el arte. Estudio Diseño de Moda, pero después decició hacer también Historia del Arte. El próximo sábado tiene un examen, aunque sueña con perdérselo por jugar la final en París. Con los pies en el suelo, se considera feminista ("Es como si esto fuera una carrera de los 400 metros y nosotras empezáramos en la línea de salida y los chicos en la recta final”) y aboga está en contra de la superficialidad: “Tendría que haber mucha más normalidad. Al final las relaciones son muy superficiales entre las jugadoras. Muchas veces te miran por encima, porque por el hecho de estar más alto en el ranking se creen que tienen más poder o son mejores". Está en París para jugar, pero también como turista: "París tiene un montón de cultura y de historia", dice Aliona, una tenista diferente.