WIMBLEDON 2017 | GARBIÑE MUGURUZA
“Tener demasiadas ganas de ganar no te deja pensar”
Muguruza, a renacer en el ‘grande’ que la lanzó; hoy, Cirstea. En Londres, parece que Garbiñe ha recuperado las buenas sensaciones.
Desde que ganó Roland Garros en junio de 2016, Garbiñe Muguruza no ha conseguido sostener el nivel que la hizo campeona del Grand Slam de París. Se ha mantenido sin problemas en el top-20 de la WTA, pero no ha alcanzado ninguna otra final. Y sus resultados en los siguientes Grand Slams no han sido todo lo buenos que cabía esperar dadas sus magníficas condiciones físicas y técnicas para el tenis. Antes de acudir a Wimbledon (donde fue subcampeona en 2015) disputó 22 torneos, en los que alcanzó cuatro veces las semifinales y se retiró en cuatro ocasiones (ver tabla inferior). Pero en Londres parece que la hispanovenezolana ha recuperado las buenas sensaciones.
Su eliminación en los octavos de final de París, donde defendía título, la libró del peso de ser tratada como favorita. Ella misma lo dijo: “Todo el mundo dejará de aburrirme preguntándome por Roland Garros. Es como decir, venga, sigamos adelante”. En Wimbledon, bajo la tutela de Conchita Martínez, que suple la ausencia por motivos familiares de Sam Sumyk, se le ha visto seria, serena y centrada en los dos partidos que ha disputado. Dos victorias y con momentos de buen juego ante dos tenistas de diferentes características, Alexandrova y Wickmayer. Hoy (12:30, Movistar Deportes 1), se medirá a Sorana Cirstea, a quien ganó en octavos de Australia.
Las condiciones de Wimbledon la ayudan. Vive con su equipo, que incluye a su fisioterapeuta, Alicia Cebrián, y a su jefa de prensa, Cecilia Casla, sus grandes apoyos, en una casa cercana a las instalaciones del All England Lawn Tennis Club. Conchita no comparte vivienda con ellas, pero cenan juntas (cocina Garbiñe) y su influencia se nota. “Quiero mucho y eso puede hacer que, a veces, las cosas salgan mal. Tener demasiadas ganar de ganar no me deja pensar claramente”. Las palabras de Garbiñe recuerdan a las que dijo en AS su eventual entrenadora, ganadora en Londres: “Hay que saber aceptar que tu juego no va a ser perfecto, en hierba no se puede… y sacar adelante el día para tener otra oportunidad”. Este binomio puede obrar un renacimiento.