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ROLAND GARROS

Wawrinka: "La respuesta estaba en mi cabeza; confié en mí"

El suizo (29 años) es el número 3 del ránking ATP y aspira a ser alternativa en Roland Garros a Nadal y Djokovic: los títulos de Australia y Montecarlo le avalan.

Stanislas Wawrinka, en su primer entrenamiento en París.

—¿Cuál es la diferencia entre un buen jugador y un tenista fabuloso, con capacidad para ganar un Grand Slam?
—En mi caso, la respuesta estaba en la cabeza: conseguí por fin tener confianza ciega en mí, en mis posibilidades. El año pasado, hubo dos partidos a cinco sets contra Djokovic que cambiaron mi carrera, aunque perdiera. El primero en Australia, donde llegamos a un 12-10 en el último set, y el segundo en la semifinal del US Open. Me sentí en otro nivel. Para mí fueron victorias. Luego hice un gran juego contra Ferrer cuando conseguí el título en Portugal, llegó la final de Madrid, las semifinales en el Masters… Cada vez mejor y mejor. Eso se ha visto este año, aunque en Madrid (eliminado en su debut) y Roma (sufrió un ‘bloqueo’ en la espalda) no fue bien.

—Comenzó a trabajar en abril del 2013 con Magnus Norman. Él decía que lo que le faltaba era instinto asesino…
—No creo que fuera exactamente eso, sino un problema de confianza. Ahora sé que me puedo encontrar a Djokovic en cuartos y ganarle, que soy capaz de sacar lo mejor de mí también en los partidos grandes.

—Usted ya es padre, como Federer, y ahora Djokovic ha anunciado que entrará en ese club. ¿Esa madurez ayuda?
—Sí creo que puede influir. A mí me hizo muy feliz, y también sentirme mejor en la pista. Mi problema era encontrar esa tranquilidad. Aunque ser padre también tiene cosas negativas. Es muy duro estar viajando nueve meses al año y pasar mucho tiempo sin ver a mi hija. Pero también hay que ser consciente de que esto va a ser sólo durante unos años.

—¿Es cierto que después de casarse dejó a su mujer unos meses para estar centrado sólo en el tenis?
—¡Bueno, se leen tantas cosas! Lo único cierto es que todas las parejas tienen altibajos, y eso es lo que ocurrió un periodo. No lo achacaría exactamente al tenis.

—En 2013, acabó en el ránking por delante de Federer y fue nombrado ‘Suizo del año’. ¿Cómo se sintió?
—(Sonríe y casi se avergüenza). ¡Fue muy grande, algo muy especial! Para mí una sorpresa gratificante, porque es un premio que da la gente, y estuve por delante también de jugadores de fútbol. Creo que la Davis, y para mí es un orgullo jugarla, también te hace más conocido.

—Pues este año, con Federer comprometido, tienen la Davis a tiro. Lo raro es que usted es el número uno…
—Yo siempre me siento el segundo, tras Roger. No cambia nada. Eso sólo significa que tenemos un equipo fuerte. Ahora disputaremos la semifinal en casa y somos favoritos.

—Crecer a la sombra de Federer no debe ser fácil…
—Nunca lo ha sido, pero siempre he visto la parte positiva: tengo la suerte de estar al lado del mejor jugador de la historia. He podido aprender mucho de él porque siempre ha sido mi gran referencia, y además le tengo por un gran amigo.

—¿Por qué suele entrenar tanto con Rafa Nadal?
—En primer lugar, porque es un buen amigo, también fuera de la pista. Y segundo, porque le tengo un gran respeto. Lo que ha conseguido es increíble. Y sabemos que cuando practicamos juntos, la intensidad está asegurada.

—Usted luce un gran revés a una mano, algo poco usual. ¿Por qué puede devolver el drive que lanza Nadal y que a otros les cuesta tanto?
—En el revés está una de mis fortalezas. Puedo variar el juego, jugar cruzado o corto, o incluso pegarla muy duro desde el fondo. Creo que dispongo de la potencia adecuada para tirar ese golpe. Y no tengo problema en coger la bola casi por encima del hombro, donde las pone Rafa. Pero no es fácil, el año pasado jugué dos veces en tierra contra él y me ganó bien.

—Se le da muy bien la arcilla, ya ha ganado un Grand Slam y llega París. ¿Se ve favorito?
—No pienso en ello. Ya he ganado un grande, y creo que he demostrado también que puedo hacerlo otra vez. Es normal que ahora esté en la lista de favoritos, pero sólo pretendo ir pasando rondas.

—¿Y en convertir el ‘Big Four’ en ‘Big Five’?
—No, Nadal, Djokovic, Federer y Murray siempre serán el Big Four. Llevan ganando todos los Masters 1.000 y los Grand Slams desde hace años, con mínimas excepciones. A lo único que aspiro es a mejorar.