Tenis | Final de la Copa Davis

Ferrer y Almagro para levantar la sexta Davis

Feliciano López, dolido: "Me veía jugando, la pista es ideal para mí"

Entre vaho por los puentes del Moldava, las noches de Praga caen bajo cero. A cambio y desde hoy, la final número 100 de la Copa Davis colmará de tensa electricidad la caldera gigante del O2 Arena, en Ceskomoravska. Sobre este Arena, planeado para conciertos y combates de hockey sobre hielo, descargarán oleadas de tensión y de sangre caliente.

A las 16:00 horas (La1), el enrachado David Ferrer y el volátil Radek Stepanek disputarán sobre la moqueta verde, deslizante, el primer punto de la final. El ansia de desquite que siente Stepanek desde la catástrofe que sufrió en Barcelona ante Ferrer en el segundo punto de la final de 2009 es juego de niños comparado con el veneno cristalizado que rodea el segundo duelo: Berdych-Almagro, después del Ferrer-Stepanek.

Pelotazo.

Las relaciones entre Berdych y Nicolás Almagro son vitriólicas desde que el checo recibiera en Australia un pelotazo del español en jugada cara a cara. Aquel día, Berdych (número seis de la ATP) se negó a estrechar la mano de Almagro. Ahora, Berdych estigmatiza a Almagro (número once) como "el punto débil" del equipo español. Almagro se cercioró de estas declaraciones: las lleva en el fondo de su corazón, pero necesitará algo más que rencor para devolver el ultraje de Berdych. El problema es que Berdych (1,96 de altura) ha ganado a Almagro ocho de once duelos: le acorrala con bombas planas que abruman la defensa de Almagro en el corral del revés. Para escapar, Almagro necesitará algo más que simple motivación. El ambiente puede oprimir y volverse contra Berdych. "Lucharé hasta morir", promete Almagro.

En la ventaja en resultados de Berdych sobre Almagro se gestó el 'Caso Feliciano López', que parecía listo para entrar en el equipo con un cara a cara favorable (4-3). Pero el inopinado título de la pareja Granollers-Marc López en la Masters Cup y la lista cerrada de cuatro ponían al capitán Corretja ante una sublime decisión: con Ferrer fijo, Feliciano sólo tenía sitio a cambio de sacrificar a la pareja campeona (presumiblemente, caía Marc) o de descartar a Almagro.

"La pista es ideal para Feliciano, pero tocar el equipo podía salir demasiado caro", coinciden técnicos españoles. Feliciano, que se veía dentro, se quedó fuera y aireó su disgusto: "Me veía jugando. La pista es ideal para mí; acato la decisión de Corretja, pero no la entiendo. A nivel técnico es difícil de entender: que le pregunten a Berdych quién prefería". Feliciano recibirá mañana un homenaje de la Davis. Resumen: Corretja hubiera alineado a Feliciano, quizá a cambio de Marc de no ser por la Masters Cup de la pareja de dobles. Punto.

Stepanek.

Los checos tienen sus cositas. El capitán Navratil hubiese querido presentar en lugar de Stepanek a Lukas Rosol, el verdugo de Nadal en Wimbledon, que tiene 1,96 de altura y un látigo en la muñeca. Pero nadie puede sentar a Stepanek en Praga. Por taparse, Navratil ha programado en los dobles de mañana (14:00 horas) a la pareja Rosol-Minar, que nadie se toma en serio: salvo hecatombe, jugarán Berdych-Stepanek. Ferrer y Berdych abrirán el domingo (13:00 horas). Deben cerrar Almagro y Stepanek. Praga vive bajo cero y el O2 Arena quema de tensión.

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