Serbia se corona

Viktor Troicki subió ayer a los cielos de Serbia. Y Serbia al cielo del tenis ganando su primera Copa Davis y relevando a España en el palmarés. El domingo arrancaba con Francia por encima, 2-1, y Novak Djokovic, el número tres mundial, se encargó de liquidar pronto a Gael Monfils (6-2, 6-2 y 6-4).

En el juego de escaramuzas de la Davis, el capitán Guy Forget decidió apostar por el temple de Michael Llodra (30 años), invicto este año en la competición, en detrimento de Simon para jugarse el punto decisivo.

Bogdan Obradovic puso toda la presión sobre Viktor Troicki, enmendando su error del viernes cuando había apostado por Tipsarevic. El joven de Belgrado, de 24 años, podía salir a hombros o caer al infierno. Sucedió lo primero tras derrotar a Mika, de quien se cuenta que un día se metió en el armario de Ivan Ljubicic, al que dio un susto de muerte. "Es que eres de los mejores y pensaba que se me pegaría algo", se excusó. Un romántico del ataque al que aconseja Amelie Mauresmo y que mereció un final sin lágrimas.

Troicki, que este año ganó su primer torneo en Moscú ascendiendo al puesto 30º del mundo, no tembló. "Fue el momento de mi vida que más tensión tuve que soportar", sintetizó ante un encendido coro de 16.200 espectadores dirigidos por el presidente del país, Boris Tadic.

Y es que ganar la Davis era una cuestión de afirmación nacional para Serbia. Un país que hizo su debut en 2004, después de desmembrarse de Yugoslavia y de Montenegro. En marzo de 1999, las bombas de la OTAN caían sobre Belgrado. Ana Ivanovic se entrenaba en una piscina vacía. Jelena Jankovic emigraba a EE UU, Novak Djokovic a Alemania, Troicki a Florida... Volvió la paz y volvieron ellos y han desbancado al baloncesto como deporte nacional. "Es el mayor triunfo de mi carrera, de nuestro equipo y de nuestra nación. Es como ganar el Mundial de fútbol. Somos los más fuertes", decía un excitado Djokovic. Son el flamante orgullo de Serbia.