Nadal-Almagro: habrá un español en semifinales

Rafa Nadal y Nicolás Almagro, el océano y el viento, se enfrentan mañana en un duelo de cuartos de final en la Philippe Chatrier que trae el recuerdo de otro memorable turno de cuartos en esta misma pista, en este mismo torneo. En 2008, Rafa iba a sellar su cuarto título en París con una demolición histórica de Federer pero antes, en cuartos, asestó a Almagro una paliza de las que no se olvidan: 6-1, 6-1 y 6-1. Tanto subió la marea, que Almagro, desesperado, terminó gritando a una cámara de pista: "Tendrá 65 años y te seguirá ganando".

Tras despedir a Bellucci y Verdasco, Nadal y Almagro firman el reestreno de aquella producción. Rafa se dejó romper cuatro servicios (alguno, a 135 km/h, ojo) por el fino zurdo brasileño Bellucci. Pero Nadal fracturó ocho veces el lindo saque y la fina alma de Bellucci, que acabó tan doliente como Almagro en 2008. Total, 6-2, 7-5 y 6-4, dos horas y 33 minutos: la victoria número 200 de Nadal en tierra batida. 200 victorias. 16 derrotas. 92% exacto de promedio, el mejor de la historia del tenis, mejor que Borg. "Una barbaridad", admite el mismo Rafa, de suyo tan recatado.

En tierra batida, Nadal se porta como la reencarnación de un célebre jefe sioux, Nube Roja (Red Cloud), que se fue ante el Gran Espíritu con este recuerdo para el Gran Padre Blanco de Washington: "Nos hicieron muchas promesas () pero de todas sólo cumplieron una: prometieron despojarnos de nuestra tierra y así fue". Por capricho del Destino, Nube Roja parece haberse reencarnado en Manacor. Y no se le ve dispuesto a que los grandes padres blancos, suizos o de donde sea vuelvan a despojarle de su tierra.

Para más razón, véase la repetición del escalofriante passing cruzado, metafísicamente inverosímil con que Nadal sentenció el break definitivo a Bellucci en el segundo set. Y, ¿no fue la celebración de Nadal como la danza de la lluvia de los sioux oglala?

En la Lenglen soplaba el ciclón Almagro. Y la bola volaba. Verdasco, con plomo en los pies, apenas fue rival ante la oleada de pistoletazos de derecha y revés. Almagro sólo conectó el 51% de primeros saques, pero ganó el 71% de puntos con un segundo servicio altísimo, un azote para el resto. Verdasco se fue en cuatro sets y 132 minutos. Nadal es el océano. Almagro, el viento furioso. Uno de ellos barrerá las semifinales en París.