Nadal juega mal, pero sólo cede seis juegos

Jugó mal y lo admitió él mismo. Pero jugando mal, Rafael Nadal endosó un triple 6-2 (o sea, 18-6) a Gianni Mina, esperanza del tenis francés: 18 añitos, caribeño, atlético 'a lo Monfils', aunque no tan alto y capaz de sacar a 217 km/h.

El eslabón perdido entre el juego de Nadal y el triple 6-2 se halla en el servicio de Rafa: los técnicos franceses tienen tan fotografiado el juego de Nadal como los aviones de la CIA aquellas plataformas de misiles soviéticos en Cuba, en la Era Kennedy. La consigna: atacar con todo el segundo servicio de Rafa, ayer entre 133 y 149 km/h.

Y, arengado por Olivier Soules, Mina fue a restar con todo. Al asalto. Excavó hasta nueve puntos de break sobre el servicio de Nadal: y perdió los nueve, cero patatero, ante el blindaje que alza Nadal en las ventajas; saques enroscados y derechas altas y punzantes como ganchos de carnicero. Rafa gestionó 12 puntos de rotura sobre el veloz saque del francés y forzó seis roturas.

El público de la Lenglen aplaudió de firme la entrada de Nadal, pero le dedicó pititos cuando Rafa hizo esperar a Mina antes del sorteo. Después tocaba animar al morenito francés del Caribe (Guadalupe), como es obligación del buen pueblo de París. Nadal arqueó alguna vez la ceja y mandó bolas de sonidos criminales, como rugidos, en dirección al revés de Mina, que en el tercer set, reventado, pidió masajes en los lumbares. Ahora viene el zurdo argentino Cebolla Zeballos, que ayer se pasó más de cuatro horas en pista. Cebolla tiene el revés a una mano. Ante el gancho de Nadal, ese revés es, desde ya, una diana, el mentón de un boxeador.