Yo no me bajo del barco de Benzema
Vivimos en un país cainita, acostumbrado a encumbrar y derribar ídolos a la misma velocidad. Un servidor es un enamorado del sabio refranero español, que sirve para ilustrar nuestras reflexiones. Ahora me agarro a este: “La victoria tiene cien padres, la derrota ninguno”. Viene a cuento esta disertación para explicar el mal cuerpo que me ha dejado escrutar muchas reacciones al discreto partido jugado por Benzema ante Osasuna. Ya sé que falló un penalti que hubiese dado al Madrid tres puntos de oro y que no vio puerta ante los navarros, pero Karim venía de un mes de ausencia por la lesión muscular sufrida en Glasgow y, dentro de dos semanas, recibirá en París su primer Balón de Oro, arrasando en la votación final a todos sus rivales (Mané, Lewandowski, Vinicius...). Ese día 17, los mismos que hoy le demonizan se subirán al carro del vencedor para exaltar sus inmensas cualidades. Pero es ahora cuando Benzema precisa el cariño y el apoyo de la afición madridista...
Su titubeante arranque de temporada ha servido para que saquen a colación la cantidad de goles que Haaland y Lewandowski están metiendo en Inglaterra y España. Pero, ¿cuántos marcó el noruego y cuántos el alemán en la pasada Champions? Karim metió 15 (pichichi de Europa) y ayudó a ganar la 14ª. Un respeto para Karim. Luego os subiréis a su barco...