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Xavi o cuando te hacen sentir “pequeñito”

“Aunque no os lo creáis, os echaré de menos”, le dijo Xavi a los periodistas que le han acompañado en el día a día de la sala de prensa de la Ciutat Esportiva antes de marcharse a toda prisa, con los ojos vidriosos pero un buen control de las emociones, fruto de poder estar asimilando durante días el shock de su destitución. Xavi estuvo a la altura en su penúltima comparecencia pública. No ha sido combativo con el poder durante dos años y medio (tal vez uno de sus principales pecados, pero una elección legítima), y nadie hubiera entendido que, parafraseando a Laporta, lo hubiera “reventado todo el último día”. Xavi tuvo la oportunidad de echarle un pulso popular a su presidente antes del partido de la semana pasada contra el Rayo, pero Montjuïc no es el Camp Nou y su posición para entonces ya estaba demasiado débil.

Xavi, en fin, se va con perfil bajo. Nada parecido a su presentación en noviembre de 2021, cuando cantó con Laporta en el Camp Nou; y habló y no paró sobre una excelencia en el juego que no ha conseguido, a medias por el nivel de la plantilla y a medias porque él todavía no estaba cuajado del todo como entrenador. Laporta también se quedó a mitad de camino. Le ha dado grandes jugadores, pero tampoco ha terminado de creérselo del todo. Y eso, por más que lo haya negado, también ha pesado en su confianza. Durante un buen porcentaje de su tiempo de estancia en el Barça, Xavi ha estado más preocupado de intentar manejar el entorno que de bunkerizar su vestuario. Ahí ha podido estar otro de los errores. Una cosa es conocer el entorno y otra es manejarlo. El del Barça es un tsunami, incluso para los más grandes. Nadie lo ha explicado mejor que Xavi el domingo pasado, después del partido ante el Rayo. Es tan diabólico el Barça que es capaz de hacer sentir “pequeñito” a una tremenda leyenda. Por un momento pareció que sí, que Xavi iba a hacer romper a un nuevo gran Barça. Ha terminado por ser que no, pero merece un respeto. La vida siempre da una segunda oportunidad y si él se la trabaja en el futuro, volverá a tener la alfombra azulgrana para volver.

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