Xavi mostró al mundo una perla: Fermín López
Me está gustando esta especie de Carranza viajero y cosmopolita, que enfrenta a varios de los mejores equipos de Europa sin competición de fondo, sólo como una cadena de amistosos para que podamos ver cómo vienen a la temporada entrante. En otro tiempo, los torneos de verano enfrentaban a nuestros grandes equipos con otras potencias de Europa Central o Sudamérica, pero ya no hay tales potencias, de modo que resulta más productivo esto. Entre los equipos grandes siempre hay trances emocionantes que recordar, no digamos si se trata del Madrid y el Barça, que con el de ayer han jugado tres Clásicos ya en tierra americana.
Los dos salieron con todo. Las alineaciones iniciales tenían vitola de titular, con la salvedad de que no estuvieron ni Kroos ni Modric, pues Ancelotti prefirió meter a sus tres ‘fortalezas’ volantes (Valverde, Tchouameni y Camavinga) con Bellingham y los dos brasileños arriba. Se trataba de sofocar la salida del Barça con una presión fuerte, pero en los primeros 20 minutos no valió. El equipo salía muy bien por De Jong, empoderado desde que no está Sergio Busquets, y con Pedri muy bien colocado. El Barça rozó el gol con un cañonazo de Oriol Romeu que pegó en el larguero y marcó con una especie de ‘mate pastor’ al saque de una falta gol de la pizarra de Xavi.
La última hora fue muy diferente, con el Madrid agobiando al Barça salvo en escapadas de Dembélé, que acabó por forzar el cambio de Mendy. Vinicius dio tres tiros al larguero y el Barça respiró cuando llegó el descanso, del que regresó mejor. Ancelotti lo reparó introduciendo a Modric y Kroos, los estrategas de la media, sin más provecho que un tirazo al larguero de Tchouameni y terminó por meter a Joselu por Bellingham, y a Brahim por Rodrygo. Xavi hizo cambios en defensa propia y uno con premio, por un golazo de Fermín López, que luego aún facilitaría a Ferran Torres el 0-3. Resultado increíble si se piensa que el Madrid dio cuatro tiros al palo, más el del penalti de Vinicius.