Xabi Alonso agita al Madrid


Líder de pleno derecho, el Madrid hace caja allá por donde pasa. En Valencia, ante un Levante de contradicciones, no admitió demasiada intriga y despachó la noche sin complejos, que no de manera completa. Aunque tuvo un comienzo accidentado y errático en cada tiempo, que nutrió las limitadas expectativas granotas, se hizo acreedor del triunfo a partir de manejar distintos registros. Del dominio territorial y la presión al contraataque. No es esta una cuestión sin importancia. El Madrid empieza a tonificarse bajo diferentes circunstancias y patrones de juego, una fortaleza que le ofrece alternativas poderosas.
Todo es gracias a su entrenador. No se puede acusar de inmovilismo a Xabi Alonso ni en su predicamento ni en sus acciones. Siete partidos, siete alineaciones distintas y retoques continuos. Frente al Levante incidió en el diseño táctico que ya mostró contra el Espanyol. Con la pelota en su poder, una vez se adentraba en campo rival, cerró con tres centrales (Asencio, Huijsen y Carreras) más Valverde y Ceballos por delante. Mastantuono jugó más abierto en la derecha, aunque Güler también apareció por ahí, y Fran García tomó vuelo en la izquierda. En defensa, en cambio, el Madrid se aposentó bajo una línea de cuatro, con Asencio y Fran García en los laterales y Carreras como central. Quizá por esa permeabilidad del sistema, no empezó de la mejor manera con un bloque largo y desorientado. Carlos Álvarez hizo daño con sus intervenciones interiores a la espalda de Ceballos y el Levante se estiró a partir de su exquisita zurda.
En cualquier caso, la caraja inicial quedó rápidamente superada cuando el Madrid llevó el balón a terreno contrario. Seguro que contribuyó la fragilidad del Levante, que ni hundido ni a campo abierto defiende con firmeza. A veces, se devora a sí mismo. Afilado por Vinicius y Mastantuono, instruido por Güler, el equipo de Xabi degustó la debilidad local aculando a los de Calero en su área. Su presión alta fue más que un recurso, así como su claridad en las transiciones abrió brecha en el marcador. Es un equipo dinámico y esforzado, que cree en sus posibilidades y que no se deja arrastrar por sus malos momentos, que los tiene, y en ocasiones son acusados. Pero Xabi no para quieto para arreglarlo, gana tiempo sin mácula alguna y disfruta de un Mbappé de oro.
La presión como arma

El equipo blanco ha entendido que la activación tras pérdida reduce esfuerzos y acorta el camino al gol. Güler recupera ante Olasagasti y da pie al 0-1 de Vinicius.
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