Vive rápido y deja un bonito legado futbolístico
“-¿Pero cómo va a tener 23 años?”
“-Sí, sí, cumple 24 años en dos días”. Durante la final del Mundial, en el salón lleno de nervios, resultaba inconcebible que Mbappé tuviese solo 23 años. Un amigo incluso lo buscó en Wikipedia. Ahí estaba el jugador francés a punto de conseguir un segundo Mundial con 23 años. Claro que para Mbappé todo ha sido prematuro. Su primer entrenador, Antonio Riccardi, contó en alguna entrevista que Kylian cantaba la Marsellesa con solo cinco años, y lo hacía porque algún día, soñaba, jugaría un Mundial. Con 10 años Nike le empezó a proporcionar zapatillas gratis. Con 12, muchos de los grandes representantes de Europa le seguían la pista.
A menudo se ve la precocidad de los futbolistas como el atributo imbatible. Por eso cientos de padres y madres, sobre todo padres, se agolpan en las bandas de los partidos infantiles y juveniles angustiados y entusiasmados porque sus hijos diminutos, pero naturalmente dotados, pueden dejar de ser solo promesas.
La madurez física de los futbolistas suele ir un paso por delante de la mental. Con pocos años desarrollan una musculatura que no se corresponde con su capacidad de gestión emocional. Se van de casa pronto. Se vuelven propietarios inmediatamente. Muchos son padres jóvenes. Crecen y viven rapidísimo. También se jubilan prematuramente. Y se desgastan, claro. Un futbolista puede llegar a recorrer hasta quince kilómetros por partido. Pero no son carreras regulares: saltan, giran, se tiran; veloces, fuertes, más o menos ágiles.
Hace un par de días trascendió que Dani Güiza había fichado como nuevo jugador del Club Deportivo Rota. El exjugador del Getafe y el Mallorca llega al club gaditano a los 42 años. En redes hubo cierto cachondeo porque Güiza aparece en las fotos de la presentación algo desmejorado físicamente. Claro que Güiza, como otros futbolistas, ha vivido como si estuviese activado por defecto el x2 de los audios de Whatsapp. Alguien debería crear una herramienta que responda a la cuestión primordial: “¿Cómo calcular la edad de un futbolista en años humanos?”. A saber qué saldría.