Vinicius eclipsa a todos
Algunos partidos informan con absoluta precisión de las jerarquías que establece el fútbol. Son unos pocos y muy señalados. Por lo general, se trata de momentos exclusivos del calendario, bien porque indican la fecha de las grandes finales o de los encuentros más clásicos del fútbol o, como sucedió en el Real Madrid-Borussia Dortmund, porque las circunstancias producen un relato memorable. Vinicius aprovechó las condiciones del partido para enviar un mensaje clamoroso al Real Madrid, a sus rivales y, en definitiva, al mundo del fútbol. Ahora mismo es el mejor futbolista del planeta.
Las condiciones quedaron marcadas por un deficiente primer tiempo del Madrid, los dos goles de ventaja que obtuvo el Borussia Dortmund y la tempestad de fútbol que aconteció en la segunda parte. Cinco goles frente al subcampeón de Europa, con el Madrid en situación de considerable apuro por la derrota que encajado en Lille la jornada anterior y el desagrado de la hinchada, indicaban el grado de importancia que había cobrado la noche. Podía derivar en crisis, pero se transformó en algo apoteósico. Más concretamente, en la apoteosis de Vinicius.
El delantero brasileño ha atravesado todas las etapas posibles en el Real Madrid, que es lo mismo que recorrerlas en el club más exigente del mundo. En las dos últimas temporadas se había erigido en el jugador bandera del equipo, ganador de la última edición de la Liga y de la Copa de Europa. Nadie en el panorama internacional se acerca a la virtuosa exuberancia de Vinicius, característica que lleva a extremos menos apetecibles en algunos rasgos de su comportamiento.
Vinicius ha llegado a un punto de su carrera que le coloca en una competición a la que sólo los privilegiados tienen acceso: la consagración total como mejor futbolista del planeta. En cinco días, la revista France Football le concederá el Balón de Oro, el trofeo de mayor calado individual. Lo ganará por vez primera y lo conseguirá como integrante de un equipo en el que figuran Jude Bellingham y Kylian Mbappé, dos jugadores destinados a ocupar la cima del fútbol mundial. Si eso ocurre, lo conseguirán después de Vinicius.
Es un dato que tiene una gran importancia generacional. Vinicius se erige en el líder de una etapa que definitivamente deja atrás a la de Cristiano Ronaldo, Modric y Benzema, ganadores del Balón de Oro en el Real Madrid. Vinicius comienza la nueva época y lo hace a su debido tiempo, con ojo clínico.
Menos de una semana antes de concederse el premio, Vinicius eclipsó a todo quisque en el sinuoso Real Madrid-Borussia Dortmund. Marcó un hat-trick, dos de sus goles figurarán para siempre en su particular colección de grandes éxitos y cualquiera pudo interpretarlos como una proclamación a los cuatro vientos de su magisterio. A su lado, empequeñecieron los demás jugadores, incluido Mbappé, que llegó al Real Madrid para ratificar su condición de máxima estrella del fútbol mundial y ahora no tiene nada claro que sea el mejor jugador del equipo.
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