Vini, vidi, vici
Permítanme que juegue con la famosa fórmula atribuida a Julio César “Veni, vidi, vici”, que se puede traducir por “Llegué, vi, vencí”, y la adapte al que, para mí, es el principal responsable de la Decimoquinta. Queda entonces como “Vini, vidi, vici”. Vinicius Junior vio y venció. Vio en cada encuentro de esta aventura europea lo que necesitaba el equipo y venció la adversidad con sus regates imposibles de parar, sus asistencias y sus goles. Ha sido de verdad el Julio César de esta Champions League, el gran conquistador. Sabíamos que iba a ser importante como lo es casi siempre cuando rueda la pelota en un partido oficial del Madrid pero ha cogido esta vez una dimensión que hace de él un firme favorito al Balón de Oro.
Cada vez que, esta temporada, dejaba su huella en un encuentro, recordaba esta frase que Zidane le decía cada día. Era cuando Vinicius no sabía canalizar su impresionante energía y fallaba mucho de cara a la portería, el entonces técnico madridista le repetía: “No puedes hacer todo a mil por hora, date una pausa y levanta la cabeza”. El brasileño acabó por asimilar plenamente los consejos de Zizou y los de Ancelotti que vinieron después. Y eso se nota en su capacidad de regalar asistencias a sus compañeros. Si no me falla la memoria, creo que podemos decir que no existe otro futbolista de la élite que tanto haya progresado.