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Victoriano nos hizo mejores árbitros

Difícil glosar lo que fue Victoriano para el arbitraje español y ser justo con todo lo que nos ayudó a varias generaciones de colegiados. Fue la persona que cambió el arbitraje, convirtiéndolo de amateur a profesional.

Fue un padre para toda nuestra generación. Duro y directo cuando hacía falta, siempre dispuesto a darte ánimo y apoyo cuando lo necesitabas. Lo que tengo claro es que gracias a él fuimos todos mejores árbitros.

En un mundo tan competitivo como es el deporte profesional, y el arbitraje en particular, donde cuando subes es por méritos propios y cuando bajas es porque te han bajado, donde las envidias y peleas están a la orden del día, consiguió formar una familia unida, lo que dice mucho de su personalidad y talento para dirigir el CTA.

Como persona superaba incluso su faceta profesional. Si el arbitraje era su pasión, su familia era el centro de su vida. Me acuerdo perfectamente de cómo le brillaban los ojos de felicidad cuando nació su nieto Eduardo.

Y esa es la imagen con que me quiero quedar en la retina. La de un abuelo cántabro orgulloso de sus raíces, feliz paseando con su nieto por su querido Sardinero. Personalmente solo puedo dar las gracias por todo lo que me hizo querer el arbitraje y por todas las lecciones de vida que me dejó.