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Una remontada mundial

El título de MotoGP es matemáticamente cosa de dos. Pero sería más acertado decir que es cosa de uno: Francesco Bagnaia. El italiano de Ducati llegará líder del Mundial al último gran premio en Valencia, el 6 de noviembre, con 23 puntos sobre Fabio Quartararo, a sólo dos del título, por lo que le bastaría con terminar 14° para proclamarse nuevo campeón, siempre que el francés gane la carrera. En definitiva, que solamente una hecatombe podría privar a Bagnaia de consumar su primer trofeo en la categoría reina. Su triunfo en Malasia le ha dejado el Campeonato en bandeja, sólo impedido ayer por el podio de Quartararo, que se resiste a ceder a la corona. Únicamente un milagro, que también los ha habido en el motociclismo, podría evitar el alirón de Pecco, que se ha ganado a pulso gracias a una histórica remontada sin precedentes. Ningún piloto había conseguido antes neutralizar una desventaja de 91 puntos. Una remontada mundial. Antológica.

Bagnaia ya tuvo un final de temporada apoteósico en 2021, cuando ganó cuatro de las seis últimas carreras, pero su reacción llegó tarde para inquietar a un Quartararo más regular y más seguro que el actual. En esta edición, la escalada empezó bastante más pronto, hasta que logró encaramarse en la cima el fin de semana anterior en Australia, en la antepenúltima cita. El italiano lleva siete victorias, de las cuales cinco han venido en la segunda mitad, y se ha mostrado dominante, a pesar incluso de que sus compañeros de marca no han seguido con claridad una disciplina de equipo para allanarle el camino. En realidad, tampoco le ha hecho falta. Si no accedió antes al liderato, ha sido por sus cinco retiradas, cuatro de ellas en la primera parte del calendario. Pero Bagnaia, en términos generales, ha sido el más fuerte del curso. Por eso es el líder del Mundial. Y por eso, seguramente, se alzará campeón en Cheste. Por méritos propios.