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Una historia de fútbol

Una de las novelas más bonitas de fútbol que he leído versa sobre un equipo de niños de diez años que en 1950 compite en un campeonato regional en Brasil. Uno de esos niños se llama Dico y es un prodigio del balón. En una escena del libro, Dico ve a su padre llorar ante la radio por la derrota de la selección canarinha en la final del Mundial de ese año, la del famoso Maracanazo, y le promete que algún día ganará esa copa para él. El libro se llama ‘Una historia de fútbol’, está escrito por José Roberto Torero y se publicó en Brasil en 2002.

A Pelé cuando era niño lo llamaban Dico. El personaje del libro está inspirado en su infancia. La acción transcurre en Bauru, donde Pelé creció. El equipo en el que juegan los niños, El 7 de septiembre, es el día nacional de Brasil y también la fecha en la que el mítico jugador disputó su primer partido. Para escribirlo, José Roberto Torero se documentó a fondo. Lo que no esperaba es que Pelé incorporara esa escena de su novela, la de la promesa ante la radio, a su biografía.

El poeta Agatón dijo que ni siquiera los dioses pueden cambiar el pasado. No sé si sabía que la literatura sí es capaz.

Se dice que mientras agonizaba, Pancho Villa, angustiado porque no se le ocurría una gran frase que legar a la posteridad, pidió a sus hombres que se inventaran una, dejando involuntariamente para la historia la mejor de las posibles. Con su último aliento, dijo: “Cuenten que dije algo grande”.

Los cronistas suelen actuar poseídos por ese espíritu narrativo. La escena manda e impone. En fútbol la ficción se funde con la realidad para generar el mito, que con el tiempo va sumando testigos. Las grandes leyendas son nombres en torno a los cuales los devotos de esta religión generamos nuestros propios evangelios, a los que a veces sumamos también aquello que si no sucedió bien habría sido que aconteciera. “¡Yo lo vi!”, afirmamos, porque eso nos acerca a nuestros ídolos: el héroe y su testigo. Sucede que veces ese acto de fe lo realiza la misma leyenda que se recuerda a sí misma.