Una Eurocopa en forma de regalo

Inglaterra acoge una Eurocopa femenina que promete hacer historia gracias a la increíble respuesta de una afición que ya ha adquirido más de medio millón de entradas, cifra que dobla la de las 240.000 vendidas en la edición de 2017. La pandemia del coronavirus aplazó el máximo torneo del viejo continente un año para evitar que se solapara con el masculino y, en este tiempo, el fútbol femenino ha experimentado un crecimiento que no permite dar ni un paso atrás. Sólo se puede ir hacia adelante.

Y ahí estarán las futbolistas para defender, con todos los recursos que tienen a su alcance, que así sea. Porque si algo han demostrado las jugadoras que componen las diferentes selecciones que hoy participan en la Eurocopa es que el camino hacia la igualdad en el fútbol no es otro que el que ellas marcan. La noruega Ada Hegerberg, primer Balón de Oro femenino de la historia, fue capaz hasta de renunciar al Mundial de 2019 para denunciar el trato discriminatorio que sufrían ella y sus compañeras con respecto a sus colegas del equipo masculino.

Así, el acuerdo de Equal Pay en Europa, en cuanto a condiciones se refiere, es una realidad en la propia Noruega, en Suecia, Inglaterra, Irlanda del Norte, Finlandia y España, la última en sumarse. Seis de dieciséis participantes. La misma cifra se repite si se compara la presencia de mujeres como seleccionadoras con respecto a la de hombres en esta fase final de la Eurocopa. En cuanto al público, un 43% será femenino. Y, lo que resulta más importante, un 21% es menor de 16 años. Las nuevas generaciones tienen ante sí un amplio y diverso abanico de referentes entre los que, por supuesto, están las 368 jugadoras que disputan el torneo. Esta Eurocopa es un regalo. De presente y para el futuro. Seguirla es asignatura obligatoria.