Una buena semana de fútbol
En nuestro país, la atención se centrará en la Copa del Rey, donde a mí me apetece especialmente el Real Murcia-Real Betis del jueves.
El miércoles, en dos días, el PSG y el Flamengo se jugarán el título de la Copa Intercontinental 2025. Se está hablando poquísimo del partido: en parte porque no lo va a disputar ningún equipo español y también porque resulta difícil de entender la existencia de este torneo el mismo año en el que ha habido Mundial de Clubes. El conjunto de Filipe Luís ha tenido que superar dos rondas pocos días después de levantar la Copa Libertadores y el Brasileirao, mientras que el de Luis Enrique entra directamente en la final por ser europeo. Hay muchas cosas que están mal en el certamen anual organizado por la FIFA.
Así que estará más que justificado que en nuestro país la atención se centre en la Copa del Rey, donde a mí me apetece especialmente el Real Murcia-Real Betis del jueves. Mi Sabadell, que está haciendo un año brutal gracias a la maestría desde el banquillo de ese superdotado que es Ferran Costa y a una plantilla muy bien diseñada por Lucas Viale, conquistó el sábado la Nueva Condomina, pero el conjunto pimentonero me dejó buenas sensaciones y con Adrián Colunga parece revitalizado. Los de Pellegrini pueden sufrir si lo afrontan pensando que será sencillo.
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Aunque ese mismo jueves se va a convertir también en un día grande para los amantes del fútbol europeo más alejado del foco con esa fiesta de placer infinito que será la última jornada unificada de la fase de liga de la Conference League. Equipos tan pequeños como el Lincoln gibraltareño, plagado de españoles tanto en el campo como en el banquillo, o el Drita kosovar, que va a visitar Vallecas, llegan vivos a la última fecha y con opciones más que reales de estar en el top-24. Tiene mérito, porque conjuntos de una dimensión muy superior como el Legia Varsovia, el Dinamo Kiev, el Aberdeen o el Rapid Viena ya están matemáticamente eliminados. Incluso el que muchos piensan que es el gran favorito al título, el Crystal Palace, está ahora mismo fuera del top-8. Es un torneo precioso, demasiado orillado en un panorama mediático que a veces tiende a promocionar en exceso sólo lo más luminoso.
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