Un mal menor, una motivación menor
Un final de temporada que se puede hacer larguísimo. El Atlético consiguió la victoria contra el Athletic que aclara el camino por la Champions. El objetivo básico y la necesidad del club. Son seis puntos de ventaja e igualar el goal average con el gran rival por la cuarta plaza. Si no hay debacle, se acabará en Champions. Y Simeone busca una motivación para que su plantilla no se acomode. Evitar perder el podio de la Liga en el que se ha aposentado en todas las temporadas completas del técnico. No bajarse del escalón, no dar un paso atrás que pueda mandar el mensaje de conformismo. Pérdida de hambre y ambición.
El Atlético afronta un verano que se espera movido. Virar el rumbo, renovar la sangre de la plantilla. Y las palabras de De Paul, tildando de gran temporada el papel rojiblanco, no son las que quiere escuchar la afición colchonera. Por segundo año consecutivo se alcanza mayo sin objetivos ambiciosos por los que competir. El año pasado la segunda plaza se convirtió en el reto interno. En esta ocasión es la tercera, aunque parece complicado. Finalizar con mejores sensaciones una Liga que ha sido amarga.
Sobre el papel, es un curso que antaño se hubiese considerado de éxito. Cuartos de Champions, semifinales de Copa y una nueva presencia en la máxima competición europea. Pero el Atlético ha crecido y estar a 20 puntos de la cabeza supone un bajonazo. La Liga es el torneo de la regularidad y prácticamente un fin de semana sí y uno no acabó la afición amargada. Cada vez que tocaba jugar fuera. Las dolorosas eliminaciones en Signal Iduna Park y San Mamés también afean el buen camino en el resto de competiciones. La tercera plaza, un clavo al que agarrarse para hacer el final de temporada más entretenido.
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