Un Madrid sobresaliente
La primera parte del Real Madrid me encantó. Seguramente, de los tramos de juego más completo por parte de los de Ancelotti en lo que llevamos de curso futbolístico 23/24. También el partido donde la presión adelantada ha resultado ser más eficaz y continuada. Los pupilos de Marcelino no encontraban la forma de conectar los primeros pases de construcción y el Madrid robaba una y otra vez, para atacar después, de forma rápida, sobre la portería del submarino amarillo.
También brilló el equipo blanco en el ataque posicional, sobre todo través de los desplazamientos en largo hacia los costados, para profundizar y después llevar el balón de vuelta hacia las zonas de remate, como en el magnífico gol conseguido por Bellingham tras un centro delicatessen de Luka Modric. El gol del Villarreal en el segundo acto no hizo dudar a los de Carletto, ya que la agresividad y la verticalidad seguían haciendo acto de presencia y marcando las diferencias en el marcador.
Uno de los encuentros más completos y con el colmillo más afilado de los últimos tiempos y que marca el camino a seguir para poder ver al Real Madrid levantado algún título importante en esta temporada.
Por cierto, partidazo de ritmo frenético con Kroos y Modric jugando juntos como titulares. También con Brahim. El malagueño hizo diabluras en su gol y está demostrando ser un futbolista muy útil para la ofensiva madridista, con un rendimiento todavía más elevado de lo que cabríamos esperar. Ha llegado para quedarse.
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