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Los de Ancelotti no se encuentran tras el Mundial y muestran un estado de forma preocupante, tanto en lo individual como en lo colectivo. En La Cerámica vimos a un buen Villarreal, siempre valiente y agresivo, presionando los reinicios del Madrid y, a través de un Gerard Moreno estelar, construyendo buenos ataques. Los blancos realizaron un partido muy gris en el plano defensivo, con tremendos desajustes en el trabajo de la línea de los cuatro defensores, a la hora de ir a buscar al submarino en la presión adelantada, e incluso cuando se juntaba cerca de Courtois, situación en la que los de Carletto suelen ser solventes.

Eché de menos que la agresividad y el hambre que mostró el equipo cuando estaba con el agua al cuello, se hubieran puesto en el verde desde el inicio. Preocupante es también el rendimiento de futbolistas que, hasta hace bien poco, estaban que se salían. Se acerca el momento de la temporada donde ya casi todo es determinante para la consecución de títulos y toca ponerse las pilas.