Un desenlace ideal

Daba igual que la etapa fuera de 12 o 27 kilómetros. Siempre se iban a ver segundos arriba o abajo, sin grandes diferencias. La primera parte de la contrarreloj era muy técnica, después era para especialistas. Vimos a un gran Ganna y me sorprendió Vine, que se quedó a 1 segundo. De los favoritos, las diferencias iban a ser estrechas. Tenía duda de Vingegaard, de si le afectaría la crono del Tour, pero hoy no le doy importancia a que ceda esos 10 segundos. En el Morredero se le vio más en apuros a Almeida, así que lo que hoy es blanco, mañana es negro. Para mañana puede soplar el viento, conozco la zona y pasa por mi casa. No creo que suceda nada porque los favoritos se arroparán en sus equipos, que son muy potentes. Se lo van a jugar en la Bola del Mundo y el danés tiene 40″ a su favor.

Si un puerto tiene menos dureza, la velocidad es mayor y se hacen más diferencias. Donde se han visto más ventajas fue en Valdezcaray, el final en alto de menor dureza de esta Vuelta. Los dos llegan muy igualados, pero le doy un 60% a Vingegaard y un 40% a Almeida. Sí veo que el portugués sea capaz de remontar, pero hay que verle en un gran día y a Vingegaard hundido. La caída del Tour le vino bien a Almeida de cara a la Vuelta, porque llegó con menos desgaste. Esta situación la habríamos firmado antes de empezar, porque pensábamos que el danés iba a ser muy superior y no ha sido así. Es el desenlace ideal.

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