Un City recuperado pero aún lejos del de 2023
La mejoría de Foden, las llegadas de Cherki y Reijnders y el gran momento de Haaland y Doku explican el regreso del cuadro inglés.
Ni tan bien ni tan mal. El Manchester City ha superado el momento de caos e implosión que la temporada pasada amenazó con llevarse por delante incluso a Guardiola, pero es evidente que no ha recuperado aún el nivel que lo llevó a ganar el triplete en la 2022-23. Se ha iniciado un proceso de reconstrucción y el tono de juego está siendo positivo, con el equipo bien posicionado para optar al título de la Premier y con opciones de pelear por el de la Champions. Pero, a diferencia de esa época dorada, ya no es el gran favorito en ninguna de las dos competiciones. Al Real Madrid le planteará un reto exigente, pero no es ahora mismo un conjunto tan temible como antes.
Déficits aún notables. Cuesta entender que el club no considerara reforzar los laterales como una prioridad en el último mercado veraniego. En el derecho, directamente, no llegó nadie, quedándose el canterano Rico Lewis y el reconvertido Matheus Nunes como las dos únicas opciones. Incluso se marchó Akanji, que había sido usado como recurso de emergencia en esa demarcación en alguna ocasión. En la izquierda llegó Aït-Nouri, pero no se ha consolidado y está siendo suplente de un O’Reilly cuya notable progresión debe ser valorada como una de las buenas noticias de los últimos meses. Aún así, la sensación es que el City puede ser débil defendiendo las bandas. Y obviamente sigue echando de menos a Rodrigo a pesar de que Nico ha encadenado una serie de actuaciones más convincentes, adaptándose poco a poco al ritmo del fútbol inglés. De todos modos, sigue sin poseer esa maestría del Balón de Oro de 2024 a la hora de cortar contragolpes rivales y de intuir dónde van a caer las segundas jugadas.
Foden es el cambio. Se ha hablado poco del peso que tuvo el bajo rendimiento de Foden la temporada pasada en el declive del equipo y de cómo su recuperación está devolviendo al colectivo a un nivel de juego asociativo que había desaparecido. El internacional inglés llegó incluso a perder la titularidad y cuando participaba parecía otro. Los focos apuntaron mucho a De Bruyne y se olvidaron un poco de un futbolista capital en la interpretación de la idea de juego de Guardiola. Ahora está volviendo a ser importante, participa a menudo por dentro y facilita un contexto que ayuda a los nuevos talentos, Reijnders y Cherki, a expresar su calidad. El francés aún no ha sido titular en ningún encuentro de la presente Champions −se perdió por lesión los dos primeros− y existe cierta expectación por comprobar si su estreno se produce en el Bernabéu pocos días después de dar una asistencia de rabona en la victoria por 3-0 ante el Sunderland, un triunfo de mérito teniendo en cuenta el buen curso que está realizando el conjunto norteño recién ascendido.
El puñal y el martillo. Lo que mejor está funcionando en el City esta temporada es la conexión que forman un Doku absolutamente desequilibrante −su estado de forma convierte en muy trascendente la elección del lateral derecho madridista− y un Haaland que está firmando otra vez cifras descomunales. El momento del noruego, unido a las bajas que presentan los blancos en defensa, es una amenaza obvia. En la derrota en casa frente al Bayer Leverkusen, Guardiola les dio descanso a ambos y lo pagó caro. Ahora, encontrándose fuera del Top-8 tras haber cedido también un empate en Mónaco, parece claro que va a ir con todo.
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