Un Atalanta lanzado y con mucho gol
En el momento más dulce. El Madrid se va a encontrar a un Atalanta muy distinto al que derrotó en la Supercopa de Europa. En aquel momento acababa de perder a Scamacca por una lesión de larga duración y Retegui, su sustituto, llevaba pocos días en el equipo. La situación de Koopmeiners, que había pedido ser traspasado a la Juventus -como finalmente ocurrió-, tampoco ayudaba. Ahora los de Gasperini llevan nueve victorias consecutivas sumando la Champions y una Serie A en la que encabezan la tabla clasificatoria. No pierden desde el 24 de septiembre. La racha, además, la han registrado durante un periodo en el que el calendario no era especialmente sencillo: han sido capaces de vencer en Nápoles, en Stuttgart y en el Olímpico ante la Roma. Su último triunfo también fue de prestigio: un 2-1 contra el Milan resuelto con un gol de Lookman en una acción de estrategia hacia el final.
Retegui, por encima de lo esperado. El fichaje del ariete nacido en Argentina pero internacional con Italia podía generar ciertas dudas: su Eurocopa había sido discreta y con el Genoa sólo fue capaz de anotar siete goles en su primer año en la Serie A. Ese registro ya lo ha pulverizado: estamos en diciembre y lleva doce tantos en liga y dos en Champions. Es otro caso más que demuestra hasta qué punto los jugadores ofensivos brillan en el sistema de Gasperini hasta elevar su nivel. En un conjunto como el bergamasco, que ataca con mucha gente y siempre mira hacia adelante, las ocasiones de gol son numerosas y los delanteros disfrutan de más oportunidades que en otros clubes. A este paso, Retegui, que es un buen finalizador, puede aspirar a superar los fantásticos números que le lanzaron a la fama en la liga argentina de 2022, cuando firmó 22 dianas con la camiseta de Tigre.
La movilidad de las medias puntas. Gasperini suele usar un 3-4-3, pero es cierto que le puede dar un carácter más atrevido en función del rol que desempeñe Pasalic. El ex del Elche, un fantástico llegador, puede actuar en el doble pivote -donde, sin él, suelen formar una pareja que da mucho equilibrio De Roon y Ederson- o en la media punta. En este caso, el técnico sacrifica a uno de los tres atacantes habituales: Retegui, Lookman o De Ketelaere. Estos dos últimos son difíciles de controlar por lo imprevisible de sus movimientos. Las bandas las ocupan los carrileros -que llegan muy arriba, incluso los dos a la vez-, por lo que el nigeriano y el belga buscan espacios en zonas intermedias. Incluso puede ocurrir en algunas fases -o de inicio, como ante el Milan- que sea Retegui el que se quede fuera, lo que deja al rival sin referencia clara a la que marcar.
Los espacios a la espalda. La buena noticia para el Madrid es que Gasperini no suele negociar su idea, lo que puede ser un arma de doble filo. Los italianos harán sufrir a los blancos cuando ataquen con casi todo el equipo, pero también asumirán unos riesgos que los de Ancelotti pueden explotar al contragolpe. Con Zappacosta y Cuadrado con problemas físicos, las bandas serán para los jóvenes Bellanova y Ruggeri. El albanés Djimisiti ha regresado de su lesión y se juega con el marfileño Kossounou una plaza en una línea de tres centrales en la que deberían ser fijos el interesante Hien y Kolasinac. El prometedor Scalvini ya ha reaparecido tras meses ausente, pero no está inscrito.
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