Toque de corneta en Cornellà
Desde el Tamudazo, aquella Liga que dejamos ir por desgana una tarde en el Camp Nou, era cuestión de tiempo que el Barça se volviese a cruzar con el Espanyol en una situación semejante a la de esta noche. Ya pasó en la Liga de Xavi hace dos años y volverá a pasar hoy, esperemos que con un final menos accidentado. La victoria del Madrid ante el Mallorca es casi de agradecer para el culé. El Barça deberá ganar para campeonar en casa de su vecino. Sólo levantar la Liga en el Bernabéu puede superarlo. La obligación de ganar activa a este Barça de tal manera que hasta los goles en contra se toman como un toque de corneta para cabalgar hacia la victoria.
En esta temporada, cada gol en nuestra meta fue la apertura de una exclusa, una riada de juego, presión y goles como pocas veces hemos visto, una versión excelsa y arrebatada que le llevará a conseguir el doblete. Hansi Flick emerge como nuevo guía, líder indiscutible de esta obra maestra azulgrana, pero no sería justo olvidarnos de Xavi Hernández. Él hizo debutar a Lamine Yamal con 15 años, y a gran parte de este Barça con acné que ha cautivado al mundo. Ahora llega el momento culminante, ganar y certificar el título como el mejor equipo de España y de Europa, aunque la Champions se nos haya escurrido entre los dedos en el último segundo. Ella se lo pierde.
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