Tchouameni, mejor de central

Carlo Ancelotti lo tiene claro. Como siempre ha hecho, tira de humor para transmitir sus mensajes bromeando sobre el posible enfado de Aurélien Tchouameni. Pero, aunque enseñe mucha diplomacia, el técnico italiano es el jefe y actúa como tal. Con esa autoridad que no promueve en público pero aplica en el secreto del vestuario. El mediocentro francés jugó de central el pasado miércoles y jugará mucho en las próximas semanas, incluso en los próximos meses. Le guste o no, tiene que obedecer. Porque le pagan por eso. Y porque, cuando uno tiene el honor y la suerte de llevar la mítica camiseta blanca, debe aceptar cualquier rol con una sonrisa en los labios y dejar de lado sus escrúpulos.

Sin embargo, lo que más debe empujar a Tchouameni a disfrutar de su nueva posición en el campo es el enorme beneficio que va a sacar. Va a corregir su mayor defecto. Cuando está en el centro del campo, el joven galo tiene tendencia a jugar a veces con benevolencia, peca de cierta falta de concentración y pierde balones peligrosos. Ya lo hemos visto contra el Mallorca: Tchouameni está mucho más centrado, se deja de florituras y va a lo más importante. Quién sabe si, al final, no le va a gustar más este puesto (en el fútbol nada es imposible) pero lo que es evidente es que será mejor futbolista, más maduro, después de esas “prácticas” de central.

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