Supercopa con Olmo en el alero

Ya está aquí la Supercopa, ese torneo bisagra en la temporada, hijo del contubernio Rubiales-Piqué que tan feo quedó en las grabaciones. Visto con perspectiva, al segundo le ha cundido más. En cada edición pone el taxímetro e ingresa cuatro milloncetes, mientras que para Rubiales ha acabado siendo otro cargo en su contra. A mí me gusta más este modelo que el anterior, que constituía una molestia en pleno agosto para los participantes. Esto es más serio, tiene un empaque, da mucho dinero a la Federación y bastante más que lo de antes a los clubes. El reverso es el escenario, Arabia, y la comisión abusiva del espabilado.

Empieza con el Athletic-Barça, campeón de Copa contra subcampeón de Liga. Estaba planteado primero el Madrid-Mallorca, pero al jugarse el 3 el partido aplazado de Mestalla hubo que empujar el de Copa al lunes 6 y llevar al Madrid hasta el jueves 9. Tanto da. Esta noche tendremos un partido lucidísimo, aunque andamos con la intriga de si Nico Williams estará, y en caso de que sí, cuál será su nivel. Enfrente va a estar con seguridad Lamine, que también ha arrastrado lo suyo. Son tan imprescindibles en sus equipos que cuesta darles descansos, y como les pegan bastante van arrastrando dolores que les merman.

No estarán hoy Olmo ni Pau Víctor, ejes del sainete con el que Laporta nos ha entretenido las fechas entre banquete y banquete, pero la Cadena SER informó anoche de que el CSD está cocinando una cautelar que podría abrir las puertas de una eventual final a Olmo. Del CSD, convertido definitivamente en la casa de Tócame Roque, ya no nos puede extrañar nada. Y menos que nada que salga al socorro de Laporta, al que había abandonado hasta su propio capitán, Raphinha, con unas irónicas declaraciones. Pero es que el Barça es ‘més que un club’ y siempre habrá un tonto útil que se coma un marrón para socorrerle.