Spalletti apuesta por cuatro en el medio
Un debut aceptable. El estreno de Italia ante Albania dejó sensaciones contrapuestas. No impresionó tanto como Alemania o España, pero estuvo mejor que Inglaterra y Francia. Lo más positivo fue su capacidad para levantarse tras encajar un gol muy pronto en un error no forzado y el dominio de partido que mostró durante prácticamente todo el encuentro. Lo negativo: que llegó a los últimos minutos con un resultado corto, por lo que le tocó sufrir —Rey Manaj tuvo el 2-2 en sus botas—. Su victoria fue justa e incluso corta atendiendo al número de oportunidades de los dos equipos, pero quedó la asignatura pendiente de cerrar el resultado antes.
Por dentro. Spalletti, exentrenador del Nápoles, ha trasladado el estilo asociativo con el que consiguió el histórico Scudetto en la ciudad partenopea a la selección italiana. Y lo ha hecho con un sistema táctico en el que cuatro centrocampistas se ubican en zonas interiores cuando el equipo tiene el balón. Es un dibujo muy similar al que Xavi Hernández empleó en el Barcelona en las últimas temporadas. Jorginho y Barella se ubican en la base del cuadrado, mientras que Frattesi y Pellegrini actúan unos metros por delante, con mucha llegada al área rival. El inicio del juego se realiza con tres centrales: Calafiori, Bastoni y un Di Lorenzo que en fase defensiva es el lateral derecho pero que forma parte de esa línea de tres cuando toca empezar a atacar. El carrilero izquierdo, Dimarco, coge tanta altura que acaba siendo equivalente a Federico Chiesa, que es el extremo que juega abierto por el otro lado. Scamacca, el punta que estuvo a un gran nivel en las rondas finales de la Europa League que ganó el Atalanta, es la referencia perfecta para conectar con los centrocampistas, ya que su juego de espaldas es fabuloso.
Calafiori, la nueva sensación. Este central zurdo de 22 años ha pasado en dos temporadas de ser descartado por su club de formación, la Roma, teniendo que encontrar acomodo en el Basilea de la liga suiza, a ser titular con la selección italiana en una Eurocopa. Su manera de jugar, asumiendo riesgos en la salida de balón con una elegancia llamativa, le convierte en un futbolista muy vistoso y al mismo tiempo en una opción demasiado osada para los entrenadores más conservadores. Pero tras la campaña que ha firmado en un Bologna que ha acabado clasificándose para la próxima Champions League, ya nadie tiene dudas: estamos ante la aparición de un jugador más que prometedor. Debutó con la absoluta este mismo mes de junio y, sin haber disputado nunca antes un partido de competición oficial con Italia, Spalletti lo incluyó en el once frente a Albania. Hay quien cree que frente a un rival como España puede ser más útil la contundencia de Mancini, pero parece difícil ahora sentar a Calafiori tras su exhibición del primer día.
Sin un goleador reputado. Aunque Scamacca juega muy bien para el equipo, sus números de cara al gol son respetables, pero nunca han sido asombrosos: su mejor año fue con el Sassuolo, con el que anotó 16 tantos en la Serie A. Esta temporada se ha quedado en 12. La gran crítica que se le hace a Italia es que le falta un nueve de nivel. Retegui, argentino nacionalizado, ha marcado siete goles en su primera temporada en Europa con el Genoa. Y Raspadori, que probablemente sea el más exquisito, es más un segunda punta y además le ha costado tener continuidad en el Nápoles. Así que Spalletti necesita que las otras líneas aporten de cara a la portería rival como ya ocurrió ante Albania: ese día las dianas las firmaron un central, Bastoni, y un centrocampista, Barella.
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