Sospechosos habituales
La película sobre la historia del dopaje español en los últimos años bien podría titularse ‘Sospechosos habituales’, como aquel filme de 1995 protagonizado por Kevin Spacey y Gabriel Byrne, donde la enigmática sombra de Keyser Söze sobrevolaba por toda la cinta sin que nadie conociera su rostro. Cada vez que un caso salta en España, o incluso en Portugal, suelen aparecer los mismos nombres. Cuando no es Eufemiano Fuentes es Marcos Maynar, por poner el ejemplo de dos sospechosos habituales. Dos reincidentes en este tipo de noticias. También es verdad que ninguno de ellos ha sido condenado en ninguna de las operaciones en las que se han visto implicados, ya sea la sonrojante Puerto, la chapucera Galgo o la Gamma II. Eso hay recalcarlo. Tampoco Keyser Söze era nunca identificado. En unas ocasiones, porque el dopaje todavía no estaba castigado penalmente, había un vacío legal. En otras, por falta de pruebas o por una mala instrucción. O incluso porque el dopaje siempre ha supuesto un mal menor para la judicatura.
Pasa el tiempo, y así llevamos todo este siglo, y de repente vuelve a explotar otro escándalo. La UCO desmanteló otra trama la pasada primavera con la Operación Ilex. Y allí estaba, de nuevo detenido, el doctor Maynar. Un viejo conocido vinculado al fútbol, al baloncesto… pero sobre todo al ciclismo. El País desveló este jueves el nombre de otras personas investigadas en el proceso. Entre ellas hay un ilustre exciclista y exdirector, Vicente Belda, cuya carrera deportiva sufrió un freno tras su vinculación a la Operación Puerto. Es cierto que salió absuelto. El sumario y el juicio demostraron el dopaje general, pero por entonces no era delito. Ahora vuelve a acaparar titulares. Hay que otorgarle la presunción de inocencia, por supuesto. También a Maynar. Pero ya están otra vez ahí. En el cuento de nunca acabar.