
Javier Sillés
- Educación: Licenciado en Periodismo
- Rol: Subdirector de AS
- Área de experiencia: Fútbol e información generalista
- Ubicación: Madrid

El Manchester City abatió al Madrid por una cuestión de detalles y eficacia, pero la cara blanca fue bien diferente. A algo tendrá que agarrarse en este momento de zozobra.
El lateral ha encontrado en el Elche y en la figura de Eder Sarabia un magnífico trampolín para su evolución
Fue un golpe directo a Xabi Alonso. La narrativa exagerada que rodea al Madrid no esconde las evidentes insuficiencias futbolísticas de su equipo.
Fue una victoria catedralicia. Para el Madrid, el asunto trascendía a la victoria que tenía que lograr sí o sí. Se trataba también de convencer.
A través del español y el brasileño se explica la buena imagen y el triunfo de los de Flick. Fueron el antídoto para todo los males que viene sufriendo.
El derbi se empezó a decantar en una jugada muy sintomática sobre el distinto nivel de Sevilla y Betis.
El Madrid lo intentó, hasta lo mereció, pero su fútbol, por ahora, se lo niega.
Con tanto bullicio a su alrededor, un ambiente que no ayuda a su nuevo despegue, el brasileño reiteró la importancia de sus virtudes en el Madrid.
Claramente, Xabi no acertó; los jugadores, tampoco.
El mediapunta es un lujo al que acudir cuando toque, utilizable en distintas posiciones y papeles, con dinamita en el remate. Olmo interpela a todos.
La realidad sitúa a España en un escalón por encima al resto. No es por el qué, es por el cómo.
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Sorloth espanta la reprimenda de Marcelino


Acción y reacción
Se enfadó Marcelino y Sorloth espabiló. La temprana sustitución contra el Cádiz y el posterior rapapolvo público de su entrenador (“en los primeros 45 minutos no remató a portería y tuvo tiempo para hacerlo. Si hubiera estado al nivel de Barcelona hubiera estado más minutos”), por más que este no lo viera como una crítica y sí como una reflexión, espolearon al delantero del Villarreal frente al Alavés. Jugó el partido completo, con eso se explica todo. Pareció que Sorloth apreció la reprimenda de Marcelino, porque se le vio involucrado, dinámico y siempre amenazante. Sivera le negó el gol con dos intervenciones categóricas, pero su actuación se justificó de lleno al aparecer en, prácticamente, todas las jugadas de peligro de su equipo. El noruego firmó cuatro pases clave, dando buenas ocasiones a Baena o Gerard Moreno, y se mostró tanto a la ruptura como en los apoyos. Fue una demostración de personalidad al estar bajo la lupa tras las declaraciones acusicas de Marcelino. Entendió en qué había fallado y puso todo su empeño en corregirlo. De todos modos, nadie duda que Sorloth es un buen delantero, aunque sus cifras goleadoras puedan ser más prósperas todavía. De ahí que Marcelino le exija en relación a su potencial.
El reloj
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Ordenar un equipo nunca es fácil, menos todavía si solo llevas cuatro partidos en el mismo. Pero como quien no quiere la cosa, Johnny Cardoso (22 años) se ha atribuido para sí el control del centro del campo del Betis. Es la clase de jugador que respeta su posición y hace todo con un sentido. En Cádiz acentuó la impresión de solidez y equilibrio que ha ofrecido desde su llegada, donde lidera las recuperaciones entre los centrocampistas de LaLiga con 26 en este tramo del calendario. Fue pronto al grano. Su robo y asistencia antecedieron el gol de Willian José y después alargó su impronta en el partido con una manera de jugar tan eficaz como sencilla. Estuvo inmenso con la pelota, fallando una única entrega: 38 pases buenos de 39 intentados. Su nobleza táctica disuade rivales y su pulcritud con balón organiza el juego de ataque del Betis. Johnny venía como actor de reparto, pero rápidamente se ha merecido el trato como titular indiscutible que le concede Pellegrini.
Robar, correr y llegar
Convencido de lo que hace, caiga mejor o peor en la opinión pública, el Getafe dispara su caché competitivo con victorias como la que logró ante el Celta. Fue un partido tremendo, que tuvo que ganar dos veces y que grabó a fuego la identidad de los de Bordalás. En las buenas y en las malas, saben lo que quieren. No necesitan desmenuzar los encuentros y se entregan a una verticalidad trazada sobre plano. Porque nada es casualidad en el Getafe. Los tres goles ante el Celta vinieron precedidos de robos en campo contrario ―sumó 27 en total― forzando los errores del Celta. Se trata de recuperar y salir en estampida, con jugadores descolgados como Greenwood para que puedan recibir en posición de ventaja. En estas lides, el Getafe se maneja con la autoridad del que tiene claro el camino a seguir. Conviene remarcar esta realidad, porque resulta innegable el ánimo generalizado existente de quedarse solo con la cara brusca del juego azulón y subestimar otras cualidades evidentes como su energía ofensiva.









