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Acumula el Almería 18 encuentros consecutivos en Primera sin vencer lejos de su estadio, con apenas tres igualadas. El 86% de los puntos del presente ejercicio lo ha logrado en el Mediterráneo, como si tuviese un trastorno de personalidad, mostrando una cara en su feudo y otra lejos de él. Los guarismos como foráneo provocan que el margen de error sea mínimo en casa, por mucho que enfrente esté el Barcelona. El conjunto de Rubi afrontará el duelo después del 6-2 en Gerona. El vilasarense reconoció ayer que fue peor la imagen que el resultado. Se pueden imaginar la actuación en Montilivi de los almerienses, que hoy serán otros totalmente, tanto por nombres como por dibujo y versión.

Si el fútbol es un juego de errores, los locales no podrán permitirse prácticamente ninguno, teniendo que rayar a la perfección en defensa, algo que parece harto complicado en este equipo, y aprovechar la velocidad de jugadores como Ramazani, con ganas de resarcirse de ese mano a mano con Ter Stegen en el Camp Nou. Adelantarse será clave para un Almería que domina mucho mejor las transiciones que el juego de elaboración. Un ‘1′ sería una auténtica sorpresa, pero nunca digan nunca, máxime al ser el Barcelona el único equipo (trece enfrentamientos entre ambos) al que el Almería no ha vencido de los 34 a los que se ha medido en Primera.