Sí, ya se puede criticar a Mbappé

El Real Madrid se ha complicado mucho la vida en la Champions y sospecho que será Mbappé el que ilustre la derrota en las portadas. Se lo merece al menos y no sólo porque fallara un penalti con 1-0 en el marcador, que también, sino por el desastroso partido que firmó en Anfield de principio a fin. No sé en qué cabeza cabía que la lesión de Vinicius era una buena noticia porque así el francés podría jugar en su sitio, por la izquierda, como si Vini fuera un estorbo, pero ante la primera oportunidad en un gran escenario y ante un rival de altura, Mbappé fue un bluf.

Las expectativas eran altísimas después de años esperándole y no sólo no las está cumpliendo ya casi en diciembre, sino que ni se ha acercado. En Liverpool se mostró impreciso, ansioso y desconcertado justo en el momento en el que debía -ya sin la coartada de Vinicius ni del proceso de adaptación- dar un paso adelante.

Un Madrid sin colmillo, principalmente por su culpa, que aguantó la primera parte sin disparar ni una sola vez entre los tres palos gracias a permanecer solidario y ordenado en defensa y, sobre todo, gracias a Courtois que siempre da lo que de él se espera. El roto, la avería, no fue peor por el portero, mientras que el Liverpool se creció -creo firmemente en que hay momentos en los que un partido puede salir cara o cruz- cuando en el minuto 31 Bradley rebañó un balón a Mbappé que le retrató porque la grada y el rival ya supo justo desde ese momento que la amenaza era de chiste. El resto, el penalti fallado, simplemente fue la guinda.

Kylian Mbappé no está a la altura y se le puede, se le debe ya, señalar y exigir que espabile. El Real Madrid necesita que un jugador como él se ponga las pilas porque el equipo tiene varias carencias y ausencias de peso a las que se ha vuelto a sumar Camavinga que salió lesionado, pero él está muy lejos, lejísimos, de marcar la diferencia. Sí, ya se puede criticar a Mbappé porque dejar de hacerlo canta demasiado.