Ser de Carlo, no de Pep
La pregunta viene a cuento en un día como hoy porque dos grandes técnicos se van a encontrar en el Santiago Bernabéu. ¿Se puede ser tan seguidor de un entrenador como de un jugador? Creo que sí. De hecho estoy seguro que sí. Y voy intentar explicar el porqué yo soy (y siempre seré) de Ancelotti y no soy (ni seré nunca) de Guardiola. Les prometo que hago este análisis sin ponerme la camiseta blanca y sin dejarme influir por la buena relación que tengo con el míster italiano desde hace una década. Soy de Carletto porque piensa realmente que los futbolistas son más importantes que el entrenador. Pep no parece opinar lo mismo. Soy de Carletto porque, después de un partido, cuando tiene que reprochar algo a un jugador nunca lo hace públicamente sino dentro del secreto del vestuario. Pep escoge el césped y las cámaras para escenificar su discurso con enfáticos gestos y palabras.
Soy de Carletto porque cuando pierde su equipo siempre asume su responsabilidad. Pep la esquiva con (brillantes, eso sí) contorsiones dialécticas. Soy de Carletto porque trabaja como el que más pero no lo grita a los cuatro vientos. Pepe quiere que se sepa (¿recuerdan su famosa foto en una pequeña sala oscura en el Camp Nou?). Soy de Carletto porque adora España. Pep lleva un lazo amarillo, símbolo de destrucción de la unidad de este bonito país.