Se prepara un Madrid invencible
Lo bonito del fútbol es que nada es imposible. No es un deporte programado por ordenador, por mucho que ahora se empeñen los analistas tecnológicos metidos en un mundo Matrix lleno de datos y números alejados de la auténtica verdad de este bendito deporte: un caño de Vinicius, un pase picassiano de Modric, un regate eléctrico de Rodrygo, un amago mágico de Brahim, un cabezazo rompedor de Joselu, una aparición versallesca de Bellingham, una finta diabólica de Camavinga, una incursión explosiva de Valverde y Carvajal, una ocurrencia genialoide de Arda Güler o un pase praxiteliano de Kroos...
A ese maravilloso arsenal que les he descrito añadan al talento descomunal de Mbappé (uno de los tres mejores jugadores del Mundo en la actualidad, compartiendo cartel con Jude y Vini), el poder romariano de Endrick y la verticalidad desequilibrante de Davies. Les saldrá un equipo prácticamente invencible a priori. En ataque se junta el poderío incuestionable de hasta ocho futbolistas que están en el star system (todos internacionales consagrados con sus selecciones), algo que no tuvo ni siquiera el Madrid Galáctico de arranque de siglo. Jamás vi tanto potencial en una plantilla del Real Madrid. Músculo, calidad técnica y juventud. Estos chicos lo tienen todo.
Imagino un futuro con Bellingham, Rodrygo, Mbappé y Vinicius en ataque, con Endrick, Brahim y Güler al rescate en la segunda unidad. Son insultantemente jóvenes y sobradamente preparados. Ancelotti se frota las manos. Jamás un entrenador de élite tuvo a su disposición tanto talento, tanta ambición juvenil, tanta acumulación de futbolistas jerarquizados por su indiscutible rango en Transfermarkt. Este Madrid apunta tan alto que no tiene límites. Su techo es el del Bernabéu, que se va a convertir en la Meca del fútbol. Buenos tiempos...