Sadiq se monta en la trainera de Imanol
Voy a hacer un poco de patria. Enseñaros a muchos de los que no sois de nuestra tierra un poco de nuestras costumbres. Cuando digo ‘nuestra’ me refiero a Gipuzkoa en general y San Sebastián en particular, aunque uno haya nacido en Irún (de lo que me siento tremendamente orgulloso). Lo que pasa es que la Real Sociedad es el equipo de la capital, aunque en el territorio la mayoría lo sentimos como nuestro. Bueno, no me enrollo, que me conozco. Os empiezo a contar mi vida y me voy por los cerros de Úbeda. Bien, por estos lares tenemos una tradición deportiva que a mi particularmente me encanta y con la que me siento plenamente identificado, entre otras cosas porque es algo que me lo transmitió desde pequeño mi padre, cuando le ayudaba a hacer la revista anula del club de Remo de Hondarribia en su imprenta: las traineras. El conocido remo en banco fijo, menos popular fuera de aquí porque el olímpico es el remo en banco móvil. Pero aquí las traineras en el Cantábrico son muy populares.
Este fin de semana, el domingo por la mañana, de celebra el evento más importante dentro del mundo de las traineras, la Bandera de la Concha, que se disputa a doble jornada. La bahía de San Sebastián acoge a traineras llegadas desde muchos puntos del Cantábrico formándose un colorido en la zona del muelle que es todo un espectáculo digno de ver y disfrutar. Así que el contexto es evidente. Las traineras están formada por trece remeros y un patrón. Todo esto viene a colación de que Imanol Alguacil, como buen oriotarra, es un gran seguidor de las traineras. En los pueblos costeros de Gipuzkoa como Orio, Hondarribia (donde nació Unai Emery) hay verdadera pasión por este deporte. Buscando el paralelismo con el remo, es bastante evidente que Imanol es el gran patrón de la trainera de la Real Sociedad. Siempre ha admitido que le gusta mucho ese calificativo. Y reconozco que tengo la sensación de que maneja su vestuario como si fueran los remeros de las tostas de una trainera.
Y es que el mérito de Imanol en la Real, por encima de sus evidentes logros deportivos (que son muchos y merecedores de una renovación que no entiendo como no se ha planteado siquiera), es haber conseguido que su equipo funcione como esas traineras que tanto le gustan. Porque dentro de las tostas todos los remeros tienen que ir a una, si uno solo se sale de la remada que marca el patrón, la trainera no avanza a la velocidad deseada y jamas ganará una regata. Su Real es un equipo coral hecho a base de finos estilistas, pero en el que si uno se desvía del camino, deja de funcionar correctamente.
Deberá metérselo bien en la cabeza el recién llegado a Zubieta Umar Sadiq. Lo digo porque desde Almería me han dicho que es tan bueno dentro del área como peculiar fuera del césped. Mejor que no llegue a Zubieta en plan estrella. Porque sus goles serán muy importantes, pero siempre y cuando lleguen desde la generosidad de jugar para sus compañeros y no sólo para sí mismo. Sino será pan para hoy, pero hambre para mañana. Porque en la Real si un individuo sobresale por encima del colectivo, es que algo se va a torcer. Antes o después. No puedes depender de un jugador. Por mucho que sea el fichaje más caro de la historia. Y menos este equipo forjado con mucho trabajo por Imanol en Zubieta. “Sadiq va a estar bien rodeado en la Real, y eso le hará mejor”. El propio entrenador oriotarra lo tiene claro. Aquí todos reman al mismo tiempo, para que brillen todos y luzca al final la Real. Cuanto antes interiorice todo esto Sadiq, antes triunfará en la trainera de Imanol. Porque, entre otras cosas, es la única manera de ganar a un equipo tan rudo y correoso como el Atlético del Cholo Simenone.