Sabes que te digo
El Real Madrid no ha ganado ninguno de los últimos tres partidos de Liga, en los que la actuación arbitral ha sido como le gusta, para el Madrid, al mayor experto de los últimos cien años en engañar y presionar a los árbitros. Está probado, y reconocido, que el actual presidente del Barça fue uno de los cuatro que, durante 17 años, pagaron al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros 8,5 millones de euros. Esa enorme suma, según han dicho, se pagó por unos presuntos “informes” que curiosamente nunca vieron los futbolistas ni los entrenadores. El presidente Laporta jamás ha reconocido que esos pagos fueron delictivos, ilegales, indecentes o inadmisibles. Al contrario, para él esas grandes cantidades pagadas fueron correctas y adecuadas a esos “informes” tan beneficiosos para los que son más que un club, y por eso multiplicó la cantidad que se abonaba.
La pregunta que hoy se hacen muchos aficionados al fútbol es si el Barça, como dicen que es legal, ha vuelto a pagar a cargos del estamento arbitral por “informes” que, por ejemplo, concluyan, y convenzan a quien tienen que convencer, de que si agarran a un jugador del Barça en el área es penalti, y al revés no; o de que una entrada por detrás a Mbappé, sin ninguna posibilidad de jugar la pelota, con los tacos más de medio metro por encima del suelo para cazar y parar como sea al delantero, no es expulsión, y nunca lo será, si el que la hace juega contra el Real Madrid. ¡No me jod…!
Los blancos jugaron muy bien en el segundo tiempo contra el Atlético de Madrid y en el partido contra el City. Con muchos futbolistas que están alcanzando su mejor nivel, algunos como Courtois y Valverde lo han tenido siempre. Asencio ha sido el regalo de La Fábrica para cubrir el hueco del centro de la defensa, y queda por ver su rendimiento en el lateral derecho. Tchouameni ha contestado en el césped a tantas críticas injustas. Ceballos se ha hecho con el timón del equipo. La presencia de Camavinga mejora notablemente el rendimiento del resto. Los tres puntas, más Brahim y Bellingham, que recibe lecciones de inglés de algunos árbitros, son letales. Mañana, en una eliminatoria que no está resuelta, el Bernabéu debe hacer sentir al equipo lo mismo que cantan mis paisanos de Café Quijano en su magnífico último disco: “Sabes qué te digo, que me quedo contigo”.