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Rüdiger, mejor siempre en mi equipo

Fue una de esas jugadas en las que casi nadie repara. En el minuto 88 de partido sólo Rüdiger fue capaz de interponerse entre un pase de Grealish, que había roto todas las líneas del Madrid conduciendo, y Haaland. El alemán lo celebró como un gol porque supo al instante lo que esa acción valía. Sin duda, Rüdiger era el que tenía la papeleta más complicada de la noche. Defender a Supermán Haaland, el delantero del momento. Y lo bordó. Cada cuerpeo, cada acción aérea, cada carrera al espacio... Rüdiger se coronó en la mejor noche posible, en el mejor partido que se puede ver en Europa en estos momentos.

La temporada del ex del Chelsea no ha sido fácil. Ha contado con minutos, pero en los partidos importantes Ancelotti ha seguido apostando por la pareja que la pasada temporada le hizo campeón de Europa y de Liga, Alaba y Militao. Lejos de bajar los brazos o mostrarse como un divo, Toni se ha integrado en el vestuario, ha remado a favor del equipo y en lugar de convertirse en un problema ha sido la solución perfecta cada vez que el técnico ha echado mano de él. Rüdiger es ese jugador que nunca dudará en partirse la cara por el escudo. Lo demostró en Varsovia en el partido ante el Shakthar dejando una imagen muy dura pero que le define a la perfección. Seguro que Haaland, que fue el jugador que menos intervino en el partido (por culpa del alemán) también se dio cuenta. Rüdiger, mejor siempre en mi equipo.