Rodrygo, mucho más que el jugador número 12
Rodrygo Goes es ese jugador número 12 que siempre tuvo el Madrid. Ese futbolista que asume que no está en el once-tipo de su entrenador de turno, pero que responde con su elevado rendimiento y su compromiso hasta conseguir desbancar a alguno de los llamados intocables. Solari fue el mejor ejemplo de ese estatus en el Madrid de los Galácticos. El argentino acababa jugando casi siempre y, de hecho, él inició la jugada de Museo del Prado, que acabó con el gol picassiano de Zidane al Bayer Leverkusen en Glasgow (¡la Novena!).
Cuando irrumpió la Quinta del Buitre le tocó a Valdano ser un discontinuo en el once, pero búsquenle en las fotos de las remontadas de los 80 porque siempre aparecía con sus goles salvadores. Pues Rodrygo ha asumido ese rol de meritorio con galones. Su doblete épico al City y su gol al Chelsea tras el pase trivélico de Modric le han entronizado para los restos en el santoral del madridismo militante. Rodrygo ya es ‘nuestro Rodrygo’.
El siguiente paso es el más importante. Entrar definitivamente en esa apuesta inicial de Ancelotti, que ante la baja de Tchouameni en Riad podrá retrasar la posición de Fede Valverde a la medular para dar entrada al brasileño en el tridente deluxe junto a Benzema y Vinicius. A sus 22 años, Rodrygol es una bendita realidad.