Resbalón de número uno

Alcaraz sigue teniendo en su mano terminar la temporada sentado en el trono mundial, pero la cosa se ha complicado un poco... De hecho, Sinner puede recuperarlo el próximo lunes.

YOAN VALAT

Juan Gutiérrez

Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.

Actualizado a 28 de octubre de 2025 22:40 CET

Jannik Sinner hincó la rodilla en París antes de tiempo. “El número uno ya es imposible. Este año, no está en mis manos. Lo único que quiero es acabar la temporada de la mejor manera posible”, dijo en la rueda de prensa previa a su debut de este miércoles frente a Zizou Bergs. El italiano, claro, no conocía en ese momento que su gran rival, Carlos Alcaraz, iba a caer en su estreno ante Cameron Norrie. De haberlo sabido, quizá hubiera cambiado el discurso. O quizá no.

Alcaraz sigue teniendo en su raqueta terminar la temporada sentado en el trono mundial, pero la cosa se ha complicado un poco. De hecho, Sinner saldrá el próximo lunes número uno de la ATP si conquista este Masters 1.000, algo previsible para el dominador del tenis indoor. Sería un reinado incómodo, y ya veríamos si efímero, porque ya no podría sumar más puntos en las ATP Finals de Turín, la última competición del curso, donde el año pasado se proclamó campeón con pleno de victorias. Alcaraz solo obtuvo un triunfo en 2024, antes de quedar eliminado en la fase de grupos, por lo que tiene un trecho mayor para crecer. Pero, claro, tiene que hacerlo. Y el regusto que dejó este martes su resbalón ante Norrie no desborda el optimismo.

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A Carlitos se le ha dado históricamente mal el segundo torneo de París, donde tiene su techo en los cuartos de final de 2022. Y tampoco ha brillado en este tramo de la temporada, en el que el cansancio, físico y mental, erosiona a los tenistas. A unos más que a otros. Alcaraz ha llegado a este Masters más fresco que en ediciones anteriores, casi un mes después de su último partido oficial en Tokio, sin contar el bolo millonario del Six Kings Slam, pero el escaso rodaje también tuvo su reverso en la falta de precisión y de ritmo. Ya no competirá hasta Turín. Entonces, sí, será la batalla final. Con poco margen de error. No hay más.

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