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Reguilón, CR y el caso Figo

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El verano ha sido terrorífico para los atléticos viendo cómo tomaba forma el desembarco del máximo goleador histórico del Real Madrid en el Metropolitano. Finalmente ha sido Reguilón el que se une a Marcos Llorente, Morata y Hermoso en la banda tránsfuga del Atleti. No sumo a Saúl porque solo estuvo un año de madridista y ya lleva unos cuantos padrenuestros alegando que sufrió bullying en Valdebebas. Reguilón es más digerible que Cristiano pero desagradable para una afición que basa su identidad en combatir al vecino. Es curioso que el tuit más madridista que se le ha encontrado a Reguilón tenga un lema muy atlético: “Un sentimiento. No trates de entenderlo” y una foto del joven lateral celebrando la décima en el Bernabéu.

Es salseo sano y está bien que así sea aunque a veces nos pongamos brutos con las rivalidades. Sin embargo desilusiona la frialdad con la que los profesionales (presidentes, agentes, entrenadores y jugadores) manejan el negocio al margen de las aficiones a las que tratan como un rebaño de clientes. El documental de Figo en Netflix es el ejemplo. Sin descubrirnos nada nuevo -más allá del papel del mito atlético Futre tratando de cerrar como fuera el fichaje que iba a hacer feliz al madridismo- la película sirve para percibir que todos los sentimientos del fútbol tienen un precio y que los objetivos de cada decisión se basan en la búsqueda de éxito individual. Figo dejó todo lo que cualquier niño desearía por cobrar cuatro veces más. Y en un ejercicio de cinismo admirable asegura que no se fue por dinero sino porque Gaspart no le dio “cariño”.

Apenas hay decisiones altruistas en el fútbol. Luis Suárez volviendo a jugar en Uruguay, Rossi jugando en Boca Juniors… poco más. Se habla de Totti que prefirió ser rey (o cabeza de ratón) de Roma a jugársela en Madrid. Cristiano solo buscaba una plaza en Champions para sus récords más que dinero pero no perdona un duro y Casemiro dice que no se va por dinero sino por “el cambio de ciclo” ¿qué ciclo? ¿qué significa eso? ¿Hay algo más motivante que jugar en el Real Madrid? Como dice Futre: “Al final, es la pasta”.