Por un rato parecía que Marcelino ya estaba en el Villarreal
El espíritu de Marcelino y su mítico 4-4-2, sobrevoló el Metropolitano durante muchos minutos, gracias a un Villarreal que esta vez no se parecía en nada al de las jornadas anteriores. El equipo temeroso, roto y sin ideas de este curso, parecía haberse quedado en Chipre, siendo en el campo del Atlético un equipo sólido y con una idea clara a la que agarrarse. Desde el sofá de su casa con las papas, las aceitunas y la cerveza, Marcelino debería estar pasando un buen rato. Es como si los jugadores hubieran tomado una dosis de Marcelinina, lo que les había hecho atreverse, ser ellos mismos y, sobre todo, no tener ese miedo que les atenazaba.
La lesión de Sorloth truncó un poco el plan, ya que la pareja Gerard-Sorloth, estaba atemorizando a todo el entramado defensivo local. Sin Sorloth en el campo, el Villarreal dio un paso atrás y el Atlético uno hacia delante, por lo que llegó el empate en un mal minuto, antes del descanso. La segunda parte fue un Villarreal un poco menos Villarreal, más atrás y con menos opciones de salir y hacer daño. Aunque a pesar del ímpetu local, el equipo de Tena sabía manejar y aguantar con seriedad. Es verdad que en este campo es difícil y si aguantas atrás y sales poco, te pasa factura, como así fue. Marcó Griezmann en una de las que tuvieron, cerrando Lino el partido a falta de diez minutos. A pesar de la derrota, el Villarreal logró parecerse a ratos a lo que ha sido en otros tiempos.
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