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¿Por qué nadie ficha a Dalic?

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De la exhibición de Modric, que recordó a aquella de 2007 en Wembley en un Inglaterra-Croacia que dejó a los británicos sin acudir a la Eurocopa de Austria y Suiza, ya se ha hablado mucho. Se podría seguir hablando, porque Luka no caduca, no cansa, sigue siendo poesía, pero hoy me apetece abordar una cuestión sobre la que, lo reconozco, soy uno más de los que ha fomentado la injusticia.

Zlatko Dalic ha llevado a Croacia a ser subcampeona del mundo en 2018 y tercera en 2022. Ahora la ha clasificado para la final de la Nations League, un logro que puede parecer menor pero que se festejó con euforia desde el vestuario balcánico y más aún en una grada abarrotada de hinchas que se desplazaron a Rotterdam persiguiendo el sueño de un primer título. El currículum de Dalic es asombroso, pero nunca suena para ningún gran cargo en el fútbol de clubes. Quizá él no quiera irse, quizá esté cómodo y orgulloso dirigiendo a su país, pero lo llamativo es que no se le relaciona con nadie y su nombre no aparece en ninguna quiniela cuando un equipo poderoso busca entrenador.

¿Por qué? Hay varios motivos. El primero: en general, todos tenemos tendencia a pensar que el gran mérito de estos resultados es de Modric y de sus compañeros (de Perisic, de Brozovic, de Kovacic… y en 2018 también de Rakitic). Pero eso también se ha dicho en otros equipos como el Real Madrid de Cristiano, Benzema, Ramos… y Zidane ha sonado para los mejores puestos. El segundo: Croacia ha pasado muchas rondas en sus dos grandes Mundiales sin ser realmente superior a sus rivales, ganando tandas de penaltis, reforzando la idea de que, en realidad, es su carácter competitivo el que la ha ayudado a llegar tan lejos. Y el tercero: la carrera de Dalic antes de llegar a la selección fue extremadamente modesta.

Pero el miércoles por la noche tuvo un gran peso en el resultado final. Tomó decisiones pesantes: situar a Perisic de lateral, dar a Modric una libertad extrema, introducir a Bruno Petkovic en la prórroga. Ganó gustando, y lo hizo sin Gvardiol, lesionado, apostando sin miedo por Sutalo. Quizá habrá que empezar a darle mérito.