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Domingo de contrastes. No fue un domingo cualquiera. El carrusel de emociones marcó un día complicado y feliz a la vez. Amaneció lloviendo, con lágrimas que caían del cielo por la pérdida de nuestro compañero Pepe Domingo Castaño. Un maestro de las ondas que siempre supo tratarnos a los que aterrizábamos en esta maravillosa profesión. Se va un grande la radio y un periodista que supo crear escuela. Y buena gente. Las horas pasaron y salió el sol. El Bernabéu no necesitó lucir su techo retráctil y llegaron noticias de Murcia, donde el Madrid de Campazzo (¡welcome Facu!) levantaba su sexta Supercopa de España consecutiva. Y por fin a las nueve de la noche arrancaba en el santuario de La Castellana un partidazo que congregó a más de 70.000 aficionados pese a ser mañana día laborable. Nadie quiere perderse al líder impoluto de esta Liga que sigue blanqueando sus paredes a pesar de la pujanza goleadora del Barça. El último domingo de este verano dejó al Madrid en la cumbre del campeonato con un Pleno al 15 que confirma su buena salud. Y ojo que el rival era de aúpa. Mucha Real Sociedad, mucho Kubo...

El japonés. Una máquina con la pelota en los pies, lo mires por donde lo mires. Como dijo Álvaro Benito en El Carrusel “qué gusto da ver a los zurdos cuando son tan talentosos”. Take Kubo firmó una primera parte primorosa, con un despliegue de desbordes, pases medidos y tiros ajustados que obligaron al bloque defensivo de Ancelotti a achicar agua con más pena que gloria. Así llegó el 0-1 de Barrenetxea, aunque Kepa hizo un paradón en primera instancia. Y así llegó un 0-2 dramático, bien anulado por el árbitro por el fuera de juego de Oyarzabal. Pero esto es el Bernabéu y esto es el Madrid. El verbo remontar se conjuga de carrerilla y la grada sabe que siempre acaba llegando ese momento mágico en el que el rival sucumbe ante la avalancha blanca. Ya en el primer tiempo mereció macerarse el sorpasso final con un remate al larguero de Joselu y unas jugadas volcánicas de Carvajal, que sigue on fire. Pero todo quedó aplazado, como ante el Getafe, para el segundo acto. Vaya cuarto de hora!!!

El Halcón y el manchego. Fran García escuchó el runrún del Bernabéu antes del descanso. He visto a jugadorazos de talla mundial sucumbir ante ese sector de la grada que no perdona ni una. Pero Fran es de Bolaños de Calatrava y el espíritu de El Quijote corre por sus venas vikingas. Saltó de nuevo al campo como un toro enfurecido, pidiendo la pelota y buscando redimirse ante ese sector que exige el 10 antes de que el alumno termine de completar su examen. Fran dio a Valverde el gol del 1-1, con un derechazo eléctrico del Halcón que dejó a Remiro con el molde. Y poco después firmó el infatigable Fran su quite del perdón con un pase milimétrico a Joselu para que el gallego diese un martillazo de cabeza impecable para firmar el gol de oro, el gol del Pleno al 15, el gol del liderato perfecto e imperial. Joselu acabará con 20 goles este curso. Ya lleva dos y esto acaba de empezar. Es el 9 del Madrid, por mucho que les pese a los incrédulos...

La afición respira. No marcó Bellingham (lo evitó Remiro con un paradón antológico), pero el equipo ganó con autoridad y sin necesidad de sufrir en el último tramo. Ancelotti sentó a Joselu y hubo aficionados que no lo entendieron, pero el partido quedó abrochado y cerrado desde ese momento. Dejemos a Carletto tranquilo. El sabio es él.